Desde el Faro
Por: Rafael Hidalgo
La presidenta Dina Boluarte parece haber retomado el lema de campaña electoral: “No más pobres en país rico”, ya que, sumamente presuntuosa, ha señalado: “El empleo (número de ocupados) en Lima aumentó más de 3% superando los 5 millones 460 mil trabajadores (enero 2025), cifras que no son solo números, porque representan el impacto real y positivo de nuestras políticas en la vida de miles de peruanas y peruanos” (27/2/25).
Una verdad a medias que es una mentira completa, porque, si bien ha crecido el número de ocupados en Lima Metropolitana en 160 mil trabajadores, no significa que se haya incrementado el empleo en el balance nacional. Desde que se inició la recesión económica (septiembre 2022), la población ocupada en el Perú ha disminuido en alrededor de 300 mil empleos (Encuesta Nacional de Empleo-INEI, diciembre 2024), “chambeamos 17 millones 322 mil personas y antes de la recesión, ‘chambeaban’ 17 millones 632 mil (septiembre 2022)”.
Sintomáticamente, al norte del continente, la meta del magnate Elon Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en los EE. UU. es recortar 300 mil empleos públicos para empezar (El Economista, 7/3/25). Curiosamente, Donald Trump y Dina Boluarte están unidos por la cifra de la pérdida de empleos. Pero con la gran diferencia de que el gobierno republicano ha recortado el empleo público y, más bien, el gobierno de Perú Libre ha ampliado la planilla estatal en 128 mil “lapicitos”: de 1.566 millones (28/7/21) hemos pasado a 1.694 millones de burócratas (31/12/24), según el BCR (Cuadro 84 Nota Semanal).
Otra declaración sin mayor sustento de la primera mandataria fue: “El ingreso promedio mensual se incrementó en más del 10%, llegando a S/ 2.126” (27/2/25), porque, habiendo nacido en el distrito de Chalhuanca de la Región Apurímac, debería evitar extrapolar el ingreso “limeño” a todo el Perú.
Lo cierto es que el ingreso promedio a nivel nacional es S/ 1.766 (diciembre 2024), un 17% menor al de Lima. Estos ingresos promedio varían según la actividad: son mayores en construcción y servicios (S/ 2.100), sigue manufactura (S/ 1.875,40), comercio (S/ 1.528) y son menores en agricultura/pesca/minería (S/ 1.077) (INEI, diciembre 2024). Para llorar.
Sin embargo, un aspecto positivo es que la tasa de empleo formal se ha incrementado en 5.2%, pasando de 23.9% (septiembre de 2022) a 29.1% (diciembre 2024); ergo, la informalidad se ha reducido de 76.1% a 70.9% en el mismo período. Esto se explica porque la reciente mejoría del empleo se ha centralizado en Lima Metropolitana, pese a que ostenta una marca de déficit calórico del 40%, que es otro tema medular, mientras que en la mayoría de regiones arrecia el desempleo.
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