La tarde del miércoles 2 de abril será recordado como el día que el presidente de USA, Donald Trump, anunció la mayor cantidad de aranceles al mundo. A China le impuso aranceles de 34%, a Vietnam de 46%, a la Unión Europea de 20%, a Taiwán de 32%, a Japón de 24%, a Corea del Sur de 25%, a Suiza 32%, entre otros. La mayoría de países tendrá un arancel del 10%, entre ellos, Perú. Si bien saldrá una ley que especificará los aranceles, se entiende que será a todos los productos por todo el año.
Trump prometió hoy a su país: «Estos aranceles van a generar un crecimiento nunca visto», en medio de vítores de una política proteccionista.
En el 2024, Perú exportó productos a USA por valor de US$ 9,500 millones, de los que US$ 4,030 millones corresponden a agroexportaciones, un 42.4%. Según un reporte del Ministerio de Comercio Exterior, los principales productos que se exportaron a USA fueron: arándanos US$ 1,257 millones, uvas US$ 831 millones, prendas de vestir US$ 787 millones, cobre US$ 569 millones y café US$ 311 millones.
En el caso de cobre, se conoce que el grueso de las exportaciones corresponde a Southern Copper. Sin embargo, Trump indicó que por ahora, las importaciones de cobre, aluminio, oro y acero no quedarán sujetos a aranceles recíprocos, pero serían afectadas después en un arancel específico para metales.
La preocupación es por el café, porque son muchas cooperativas las que exportan café a USA. En el caso de la agroexportación, las empresas más grandes del rubro, como Camposol, Agrovision y Hortifrut, exportan a USA, por lo que se verían afectados miles de empleos.
En el 2006, se firmó un Tratado de Libre Comercio entre Perú y USA, que entró en vigencia en el 2009. Los aranceles de Trump incumplirían dicho tratado, pero no hay nada que Perú pueda hacer.
LA CRISIS ARANCELARIA
Muchos han opinado en contra de los aranceles de Trump. Según el premio Nobel de Economía Paul Krugman, si la industria nacional renace y la gente deja de comprar bienes importados, los aranceles no recaudarán gran cosa, pero si los precios de los productos importados no suben, no habrá ningún motivo para que los ciudadanos dejen de comprarlos. Para que los aranceles animen a la gente a comprar productos locales, los costes adicionales tendrán que notarse en el bolsillo de los consumidores. Pero, precisamente, la inflación fue una de las principales causas de la victoria de Trump en las últimas elecciones: imponer más subidas de precios por decreto no parece la mejor estrategia política.
El Economista de España reseña una advertencia de TS Lombard: «el déficit comercial exterior existe porque EEUU necesita un superávit financiero para sostener su creciente deuda. Y ambas son dos caras de la misma moneda: si el déficit comercial se cierra, el superávit financiero se cerrará en la misma medida. Si Trump bloquea la cascada de dólares que llegan desde el extranjero para comprar deuda estadounidense, «la Fed podría verse obligada a sostener los flujos de capital necesarios» subiendo los tipos de interés, lo que podría llevar a una estanflación. «Así es como la inflación de los 60 se convirtió en la crisis de los 70», alerta.
Keir Starmer, primer ministro británico, ha señalado en el Parlamento que la guerra comercial no beneficia a nadie, y que el conflicto arancelario no debe ser la primera respuesta de Reino Unido. Además, Starmer ha afirmado que se están manteniendo conversaciones «constructivas» para responder de forma calmada y práctica, evitando las reacciones instintivas.
En la misma línea se ha expresado Christine Lagarde, presidenta del BCE, quien ha afirmado este miércoles que los aranceles de Trump serán negativos para el orden mundial. Según Lagarde, estas tasas pueden derivar en una escalada proteccionista, que es dañina incluso para quienes la infligen. Por eso, la jefa de la autoridad monetaria europea considera que, en estos casos, se pueden abrir mesas de negociación para debatir y, eventualmente, retirar dichas barreras comerciales.
Además, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha señalado que su gobierno tiene listo un plan de fortalecimiento de la economía frente a los aranceles de Trump y «ante cualquiera de las circunstancias». La mandataria aseguró que la hoja de ruta será desvelada este jueves, dejando un poco de tiempo para evaluar las medidas proteccionistas de Washington y dirigir correctamente la respuesta mexicana.
