Desde el Faro
Por: Rafael Hidalgo
Todo indica que el octavo retiro de las cuentas individuales de las AFPs de S/ 21,400 será el último clavo en el ataúd del Sistema Privado de Pensiones (SPP), ya que aumentarían de 2.2 millones a 8 millones de afiliados —de un total de 10 millones— los que se quedarían con S/ 0 en sus cuentas, según Ana Cecilia Jara, presidenta de la Asociación de AFPs (17/9/25), y, por ende, con 0 % en sus esperanzas de gozar de una pensión.
¿Por qué estos afiliados han preferido disponer de estos retiros —que superan el 53 % del fondo acumulado (S/ 136,000 millones)— que seguir soñando con una pensión?
Quizá porque un somero balance de los 32 años de existencia del SPP (1993) lleva a concluir que resultó: caro, opaco y embaucador.
Caro, porque desde 1993 hasta el 2004, la comisión variaba de 2.5 % a 3 % del sueldo, además de una prima de seguros de alrededor del 1.4 % (con la Cía. de Seguros del grupo). A partir del 2013 salió la comisión mixta (flujo mensual más comisión anual sobre el saldo). Hoy en día, la comisión sobre flujo —la antigua— va de 1.47 % a 1.69 %, la comisión sobre el saldo de 0.68 % a 1.25 %, y la prima de seguros ha bajado un “cachito”: 1.37 %.
En un reciente examen de la rentabilidad de los accionistas de las AFPs (ROE) —con las actuales comisiones—, pese al vía crucis que enfrentan sus afiliados, se obtiene un promedio de 20 %, es decir, superior a Minas Buenaventura que tiene 15 %, Ferreycorp 17 %, Alicorp 16 % y Aceros Arequipa 7 %.
Al parecer, los prósperos accionistas y gerentes de las AFPs, si no lo son, deberían ser fieles al culto del mítico “becerro de oro”.
Opaco, porque la SBS, recién, luego de 32 años, está planteando monitorear las elevadas comisiones que se transan y se pagan internamente por las inversiones en cada título valor (“comisiones fantasmas”, Chile dixit).“Que han alcanzado los S/ 1,673 millones en el período 2016-20” (¿Adónde va mi pensión?, Hernán P. Floríndez, 28/6/21).
Asimismo, los recursos que se destinan a inversiones en empresas “afpeables” están vinculadas a las mismas AFPs y/o a títulos con dudosa calificación de riesgo.
En el reporte de abril (SBS), oteamos algunas perlas: S/ 5,359 millones en acciones y bonos del Grupo Romero (Credicorp, Alicorp) —por eso marcharon contra el presidente Manuel Merino (del 10 al 15/11/20), para impedir el 5.º retiro—; S/ 2,739 millones en bonos (acciones) de InRetail (dueña del Real Plaza Trujillo), calificadas por S&P como BB+ junk bond (chatarra); S/ 277 millones en acciones de Aenza (ex Graña y Montero); S/ 615 millones en los peajes judicializados de Rutas de Lima (lobby de PPK); S/ 442 millones en los bonos de Telefónica con calificación CCC, bonos “recontrabasura”, etc.
Embaucador, porque el padre de la criatura que “vendió” el modelo al fujimorismo (1992), el exministro de Trabajo de Augusto Pinochet, José Piñera, prometió (1981): “Una pensión cercana a sus últimas remuneraciones de… 70 % de su última remuneración anual” (El Mercurio, 5/10/1980), embaucando a millones de incautos.
No obstante, cuando el FMI evaluó las AFPs en el Perú (25/7/18), reveló que las pensiones eran muy bajas: 25 % del último sueldo, en comparación con otros países de Latinoamérica donde superan el 30 %; incluso en Costa Rica y Uruguay alcanzan casi el 70 %.
Justamente, el detonante de las protestas chilenas que casi incendian Santiago y Valparaíso fue que dichas pensiones se situaban en el 34 % (Bice Life Plan, 6/6/23).
Ahora, en el Perú, a duras penas alcanzan el 20 %.
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