La Unión Europea está planeando aumentar los aranceles a las importaciones de acero en un esfuerzo por ayudar a los productores locales a lidiar con el impacto del exceso de capacidad asiática. Varios medios internacionales comentaban que el jefe de industria de la UE, Stéphane Sejourne, en un evento a puerta cerrada el miércoles dijo que tomaría esta determinación. Concretamente estamos hablando de subir los aranceles al acero al 50% y se harán públicos el 7 de octubre.
Hasta ahora los aranceles están cerca de un 25% por lo que sería un alza considerable que actuaría como un escudo para proteger a una industria en horas bajas. Por su parte existe un porcentaje que queda libre de aranceles que actualmente ronda el 1% y se reduciría a la mitad. Esta medida también sería clave para mantener en pié a la industria. Todavía queda por saber si se tomará la medida drástica de obligar a que solo pueda comprarse acero europeo en los contratos públicos.
La industria, que se veía asfixiada por una enormes inundación de acero barato chino contra el que era imposible competir se dispara tras conocerse la noticia. Los títulos de ArcelorMittal suben un 5%. Voestalpine AG un 4,7%, alcanzando su máximo en más de dos años, Outokumpu un 5% y SSAB AB un 8,7%.
Hasta ahora la UE había optado por unas medidas más suaves que buscaban protegerse haciéndose fuertes en ‘acero verde’ (libre de contaminación). La última regulación apuntaba a que Según las emisiones que haya producido ese material en su fabricación podría haber entre 10 euros y 100 euros por tonelada extra de pago a la UE en 2026 y hasta 200 euros por tonelada en 2034. Unos ‘aranceles verdes’ que no terminaba de converse a una industria que estaba frenando la inversión en este tipo de material.
Sin embargo, tras el acuerdo arancelario con EEUU hubo un giro claro con la UE diciendo que realizarían una «alianza metalúrgica» para proteger sus respectivas industrias del exceso de producción asiática. EEUU fue el primero en optar por ese arancel del 50% y ahora, siguiendo ese consenso, Bruselas sigue su ejemplo.
La industria llega dañada a esta situación. La producción de acero viene en caída libre en el Viejo Continente desde hace años mientras las mportaciones chinas no paran de subir. Concretamente en la última década el material que surge de la industria de este región ha caído un tercio desde 2018 hasta las 126 millones de toneladas. Las importaciones ahora representan el 27% del mercado. China representó aproximadamente el 37,3% de las importaciones de artículos de hierro y acero de la Unión Europea, con un valor de 12.500 millones de euros.
El asalto de China
El gigante asiático es ya el mayor productor del mundo dominando un 57% del mercado. La potente producción de esta nación está alimentada por unas empresas con mandatos estatales, unos costes laborales y energéticos más bajos y producción a gran escala con integración vertical con todas las materias primas detrás del proceso metalúrgico. En ese sentido, cuando la economía china se ha ralentizado todas esas toneladas de acero han salido al exterior ante una gran inundación en su propia economía. Un efecto dominó que terminado con un asedio a la industria siderúrgica mundial.
Desde la misma OCDE publicaban un informe en el que comentaban que «los países deben abordar urgentemente el exceso de capacidad siderúrgica para evitar que el mercado se siga erosionando». La institución hablaba de una producción «subvencionada» y proyectaba un exceso de capacidad de 731 millones de toneladas métricas para 2027 frente a las 290 millones que hay solo en los países de la OCDE en 2024. Para entender donde dejo esto a la industria europea, el continente produce unas 127 millones de toneladas metrícas, por lo que este músculo de acero quedaría sepultado bajo una sobreoferta casi cinco veces su tamaño.
Al exceso de capacidad chino hay que sumarle una rentabilidad destrozada por la inflación, años de precios energéticos disparados, la guerra de Ucrania y sus disrupciones, los tipos de interés y una demanda menor en Europa ante la ralentización de grandes motores como son Alemania y su industria automotriz.
En cualquier caso, el golpe al acero no se está notando tanto en España como Europa dado que el país ibérico, donde el sector de la construcción sigue demandando el metal. Donde sí está viéndose este agujero es en centro Europa, con Alemania a la cabeza, donde la industria automotriz está reduciendo los pedidos en línea con la producción.
Una industria en horas bajas
Desde S&P Global comentan que «el mercado se ha deteriorado significativamente en los últimos meses, y el sector siderúrgico europeo enfrenta una pausa caracterizada por una actividad comercial mínima y una caída de precios». A nivel global, la consultora considera que los márgenes de las acereras se han reducido de un 9% a un 4% y se han perdido ya 113.000 puestos de trabajo desde 2013. SteelOrbis (empresa turca) anunció que sus márgenes en 2024 pasaron de 130-170 euros la tonelada a cerca de 40-70 euros, en línea con estas previsiones.
En una entrevista con la agencia, la misma ThyssenKrupp comentaba que «la industria siderúrgica europea nunca se ha visto tan afectada, atrapada entre los costos de descarbonización y las consecuencias de un grave exceso de capacidad, en particular de China, que ha provocado un aumento de las importaciones de bajo costo, fuertemente subsidiadas y con alto contenido de CO2″.
Europa necesita un suministro de acero no solo porque sea una materia prima básica y corre grandes riesgos si depende de un solo proveedor (como demostró el gas ruso y la crisis de los suministros de 2021). El acero es un componente esencial de productos militares como cazas, buques, blindados y tanques. Este acero no es como el que se vende en el mercado, sino que es uno de máxima calidad que requiere para poder suministrarse de forma rentable una industria en plena forma.
Desde S&P Global comentan que los altos costes, la sobrecapacidad y la baja demanda «hacen prácticamente inviable invertir en acero militar o producción industrial de calidad». Es por ello que la batalla por mantener viva su industria del acero ha emergido con especial fuerza en el Viejo Continente ante el ‘tsunami’ chino. Queda por ver si estas medidas podrán contener el golpe o si se trata solo del primer asalto.
eleconomista.es