Donald Trump ha arrasado y ya hay pocas dudas de que no solo ha tomado la presidencia, sino que ahora tiene el control total de las dos cámaras de EEUU, por lo que podrá llevar sus medidas hasta las últimas consecuencias. Ríos de tinta han corrido sobre las consecuencias de esta situación para la economía de EEUU y del mundo, las bolsas de todo el planeta, la deuda… Sin embargo, una de las reacciones ha pillado bastante por sorpresa a los mercados: la del oro.
El valor refugio por excelencia está viviendo un año pletórico para sus precios. El caos geopolítico, las compras de los bancos centrales y los recortes de tipos de interés estaban encendiendo su camino hacia máximos históricos, con un alza del 26% (que llegó a ser del 35%) en lo que llevamos de año. Sin embargo la victoria de Trump ha supuesto una ruptura clara en esta senda alcista, con una caída ya del 6% desde sus máximos de octubre, cuando conquistó los 2.800 dólares la onza. Ahora el metal amarillo cotiza por debajo de los 2.600 y los analistas tratan de entender qué está pasando.
En las horas previas a conocerse los resultados Ewa Manthey, analista de ING defendía que, ganase quien ganase, no habría cambios para el oro. «Lo más probable es que el oro tenga un gran desempeño independientemente de quien gane ya que los riesgos geopolíticos a corto plazo seguirán altos». Por su parte recordaba que en la primera etapa de Trump el oro repuntó un 55% por lo que «creemos que el impulso positivo del oro continuará en el corto y mediano plazo. El contexto macroeconómico probablemente será favorable para el metal precioso, ya que las tasas de interés bajarán y la diversificación de las reservas extranjeras continuará en medio de tensiones geopolíticas, lo que creará una tormenta perfecta».
Ahora hay cada vez más dudas sobre esta situación. Carsten Menke, director de investigación de próxima generación de Julius Baer comenta que el motivo por el que no se ha acertado muchas veces con Trump y el oro es que, si bien Trump cuenta con grandes argumentos para la materia prima, como las dudas geopolíticas, el metal «venía de un momento de euforia excesiva en el mercado«. Todo esto sumado a que el republicano «plantea posibles resultados muy bajistas para el oro y otros muy alcistas». Un ejemplo de esto es que las medidas arancelarias de Trump pueden generar «un impacto positivo en el crecimiento», lo que favorecería activos de mayor riesgo, como la renta variable, algo que «explica las caídas a corto plazo».
Menke defiende que antes de las elecciones «la narrativa estaba dominada por las ideas más alcistas sobre el oro que Trump podría generar». Para empezar «podían existir preocupaciones sobre el aumento de déficits fiscales y carga de deuda que ponga en cuestión el papel del dólar y favorezca al oro». También se pensaba que los aranceles de Trump (particularmente a China) generarían un golpe económico que provoque una huida hacia el oro como valor refugio.
Sin embargo, desde Julius Baer señalan que hay muchos escenarios bajistas que están tomando forma, como «un impacto positivo de las políticas de Trump en el dólar» o «una resolución por parte de Trump que ponga fin a la guerra de Ucrania y descongele los activos rusos en dólares, quitando temores de que el dólar se use como herramienta de sanciones». En definitiva, desde la firma helvética creen que Trump trae una vorágine de proyecciones para el oro muy diversas, una gran incertidumbre que, en estos días, ha chocado de lleno con «una euforia excesiva en los futuros». Por lo que en estos días lo que se estaría dando es un reajuste de expectativas.
Por su parte desde Zaner Metals señalan que la misma resolución de las elecciones en favor de uno u otro candidato supone un empujón a la baja para el oro dado que los mercados «están deshaciendo la incertidumbre geopolítica que se había generado». Por su parte, el movimiento del oro también va de la mano de una Fed con muchas más dudas respecto a unos agresivos recortes de los tipos de interés.
A pesar de que se da por seguro un recorte en la reunión de diciembre, la Reserva Federal ahora parece tener un escenario mucho más compilado para recortar a placer. Para junio de 2025 la apuesta del mercado de Swaps pasa por un recorte de apenas 50 puntos básicos en las seis reuniones que hay hasta entonces. Hace solo un mes la duda era si se podría llegar a los 125 puntos o si se quedaría en los 100 puntos de descensos. Estas dos opciones, que en aquel entonces suponían una moneda al aire, ahora están prácticamente descartadas.
El motivo principal es que los aranceles y otras medidas, como los recortes de impuestos, generarán, según la opinión de buena parte de los analistas, un repunte de la inflación que obligará a la Fed a ir con pies de plomo a la hora de bajar el ‘precio del dinero’. «Los planes de política de Trump provocan un repunte más persistente de las expectativas de inflación y podría justificarse incluso una pausa en diciembre», comentan desde Danske Bank.
Cuanto más altos sean los tipos de interés peor es para el oro. Esta materia prima, al no ofrecer rentas pierde atractivo frente a un gran rival entre los valores defensivos, como son los bonos, a medida que su rentabilidad aumenta de la mano del ‘precio del dinero’. El bono de EEUU a diez años sigue arrojando una importante rentabilidad del 4,36% que no ha hecho sino aumentar con el es ascenso del republicano.
Esto, sumando a la revalorización del dólar está teniendo un impacto claro. «La probabilidad de que se impongan aranceles relativamente pronto en la presidencia de Trump y la fuerte demanda de dólares resultante que eso está creando está siendo la clave» comentan los expertos de TD securities en su último informe. «El fortalecimiento del dólar está afectando los precios del oro por primera vez en meses porque también está asociado con mayores probabilidades de que la Reserva Federal pueda retrasar su ciclo de flexibilización».
No hay dudas a largo plazo
En cualquier caso, a pesar de que los analistas ven un momento de caos en el corto e incluso medio plazo, pocos tienen duda sobre el destino del oro más allá, que pasa por seguir con sus subidas y seguir conquistando récord tras récord. Nanette Abuhoff Jacobson, Global Investment and Multi-Asset Strategist, Wellington Management, comenta que «en cualquier caso habrá un entorno de menores tipos de interés y seguirán las compras de los bancos centrales». La firma sentencia que «consideramos que los precios del oro continuarán respaldados en 2025, conforme los bancos centrales implementen recortes en los tipos de interés oficiales. Estos movimientos suelen asociarse con un aumento en la demanda de este metal precioso».
El mismo JP Morgan explicó tras la victoria de Trump que el oro debería revalorizarse en el largo plazo incluso más allá de lo que lo habría hecho con Harris. «Probablemente se verá reforzado tanto por los aranceles como por las tensiones geopolíticas, así como por una política fiscal expansiva», sentenciaba en una nota este jueves el banco norteamericano.
Desde Julius Baer también coinciden dado que «las perspectivas a largo plazo siguen indicando precios del oro más altos, lo que refleja el mundo multipolar y el deseo de los bancos centrales de los mercados emergentes de depender menos del dólar estadounidense y, en un caso extremo, ser menos susceptibles a las sanciones estadounidenses». la firma helvética señala que aún «hay una baja proporción de oro en las reservas de divisas de muchos bancos centrales de los mercados emergentes, en particular el Banco Popular de China». Por lo tanto, «consideramos que las compras de los bancos centrales son la fuerza estructural más fuerte en el mercado del oro» y la estela del metal amarillo seguirá imparable pese al parón de estos días.
eleconomista.es