Filtración de voto singular de magistrada Marianella Ledesma suscita la
ira y las amenazas de Eloy Espinosa-Saldaña. ¡En juego están los 65 millones de
soles en impuestos que el TC quiere perdonarle a la Universidad Peruana de
Ciencias Aplicadas!
Eloy Espinosa-Saldaña Barrera, magistrado del Tribunal Constitucional, ha
amenazado con vacar a su colega Marianella Ledesma. Y lo ha hecho por escrito.
La carta está desde ayer en la oficina de Manuel Miranda, presidente del TC, y
de otros cinco magistrados. Según varios funcionarios de la institución habría
sido enviada también a la propia magistrada. En la misiva, Espinosa-Saldaña
responsabiliza a Ledesma de entregar información a esta publicación y exige
sancionarla drásticamente. Ni en la forma ni en el fondo del contenido de la
carta, Espinosa-Saldaña disimula el profundo resentimiento contra su colega,
revelando que en el Tribunal Constitucional se vive un ambiente crispado.
Lo que sacó de sus casillas a Eloy Espinosa-Saldaña fue que esta revista
publicara que en el TC se tenía listo un fallo a favor de la Universidad Peruana
de Ciencias Aplicadas otorgándole un beneficio tributario de más 65 millones de
soles. En contra habían votado Óscar Urviola y Marianella Ledesma, quienes
habían emitido un voto singular. En aquella exclusiva, “Hildebrandt en sus
trece” dio a conocer parte del voto de Ledesma, quien, además de argumentar en
contra, criticaba a sus compañeros duramente. Eloy Espinosa-Saldaña, Manuel
Miranda Canales, Ernesto Blume y Carlos Ramos habían votado a favor. La
Filtración tuvo tal efecto al interior del TC que, hasta la fecha, no se ha
hecho público el fallo a favor de la UPC. Y hasta donde ha podido conocer esta
publicación uno de los magistrados estaría valorando retirar su firma.
Si bien en la carta Espinosa-Saldaña recurre a un lenguaje académico para
argumentar su voto a favor de la universidad, a partir del párrafo 10, sin
disimulos, carga tintas contra Ledesma. El magistrado expone primero cuáles son
las causales para vacar a un magistrado del Tribunal y, luego de detallar la
teoría, escribe: “Ser magistrado constitucional implica ante todo actuar con
madurez. Implica tener la inteligencia emocional para procesar las
discrepancias, y tener el talante democrático para aceptar que una mayoría pueda
votar de manera diferente a la nuestra. Implica finalmente ser responsable por
lo que se dice, acreditando debidamente lo que sostiene, máxime si se levantan
denuncias o cargos contra otros. Quien no reúne estas cualidades, no tiene en
rigor la calidad intelectual y moral que demanda desempeñar esta alta
responsabilidad”. Y sin dar tregua a su objetivo, Espinosa-Saldaña añade: “El
voto singular emitido por la magistrada Ledesma, además de sustentarse en
consideraciones jurídicas que respetuosamente no comparto, es una preocupante
muestra de cómo no debe actuar un magistrado constitucional. No confundamos
valentía con temeridad. No confundamos libertad de expresión con una abusiva e
insostenible patente de corso para, sin mayor sustento, agraviar a quienes
tienen como único pecado ser distintos”.
No es la primera vez que Espinosa-Saldaña se tropieza con una piedra debido a
la filtración de información a través de este seminario. Una situación similar
sucedió en el caso Nadine Heredia, en el que, tras la publicación de una nota
periodística hecha por este semanario en la que se daba cuenta de cómo se estaba
cocinando un fallo a favor de la primera dama con el que se impediría la
reapertura de las investigaciones por Lavado de Activos, dos de los magistrados
dispuestos a votar a favor de Heredia, que no querían verse envueltos en un
escándalo, dieron marcha atrás. Así que Espinosa-Saldaña, en esta ocasión, ha
decidido cortar por lo sano exigiendo la cabeza de quien él considera
responsable de la filtración de un documento.
“Ahora bien, y como si lo expuesto no fuera suficiente, no solamente nos
encontramos ante un acto deplorable, sino que esta recusable actuación viene
acompañada de otra, con la cual seguramente estamos ante una de las más nefastas
páginas de la historia de nuestro tribunal. Se ha procedido a la publicación en
un medio de comunicación del “voto singular” de la magistrada Ledesma, en una
flagrante vulneración del procedimiento seguido para la configuración de una
sentencia en el Tribunal Constitucional del Perú. Resulta aquí curioso, por no
decir lamentable, como la magistrada Ledesma, todavía presente en Lima cuando se
dio a conocer esta publicación, no se mostró tan indignada como en las otras
ocasiones en donde desafortunadamente se produjeron filtraciones similares. Es
más, hoy guarda silencio al respecto”, escribió Espinosa-Saldaña, dando a
entender, entre líneas, que da por hecho que Ledesma es el topo justiciero que
hizo llegar a esta publicación el texto de su voto singular. Lamentamos
desmentir al magistrado.
Líneas más abajo, Espinosa-Saldaña asegura que detrás de la filtración hay
“mezquinos intereses personales o de grupo”, y subraya que, al haber ocurrido en
otras ocasiones, se trataría de un modus operandi y que las personas
responsables “deben ser reprimidas ejemplarmente”.
La despedida tampoco es muy cordial. Si bien Espinosa-Saldaña pide abrir una
investigación para averiguar qué funcionario es nuestra fuente, exige que
Ledesma sea sancionada indefectiblemente. “Así mismo, propongo llamar
severamente la atención a la magistrada Ledesma por incurrir en una conducta
impropia de su cargo, sin perjuicio de cualquier otra decisión que quiera tomar
el pleno al regreso de esa magistrada a nuestro país”, dice en el último
párrafo, revelando que, en el fondo, no le interesa quién está detrás de la
filtración sino que el mentado fallo de Ledesma se hiciera público. “Es todo
cuanto tengo que informar”, se despide Espinosa-Saldaña. Nosotros también, por
el momento.