Ministros y no secretarios - Por Juan Carlos Valdivia - EL MONTONERO
Columna
Ministros y no secretarios
13 de Julio del 2016
Los ministros
son el primer control que tendrá PPK
De
acuerdo a nuestra Constitución, el presidente de la República no puede tomar
decisión alguna sin el refrendo de alguno de sus ministros. En realidad, el
único acto sin refrendo ministerial es el discurso de asunción de mando, pues lo
realiza después de juramentar como presidente y antes de nombrar a su Consejo de
Ministros. A partir de ahí, requiere del acompañamiento de un ministro para
cualquier acto.
Es
así que el primer control que tiene un presidente de la República son sus
ministros. Si un ministro no está de acuerdo con alguna decisión presidencial
renuncia al cargo. En el siglo pasado, el general Benavides aprobó el divorcio
para que su ministro de Justicia, don José de la Riva Agüero se viera obligado a
renunciar. En este siglo, Carlos Ferrero y Carlos Bruce renunciaron al designar
Alejandro Toledo a Fernando Olivera como Canciller. En este gobierno, Carolina
Trivelli se apartó de su cargo, con discreción, fastidiada por la intromisión de
Nadine Heredia; y el embajador Gonzalo Gutiérrez decidió no seguir en la
Cancillería ante el manejo que hacía Pedro Cateriano de un asunto tan serio como
el espionaje detectado por miembros del Ejército que vendían información a
Chile.
Hace
más de cien años, en 1914, Víctor Andrés Belaunde, durante su discurso de
inauguración del año universitario, hizo una descarnada lectura de la situación
política. Cuestionaba el excesivo poder del presidente de la República y, claro,
señalaba responsabilidades en los ministros. Dijo que se habían convertido en
meros secretarios porque perdieron dos de sus cualidades: su competencia
profesional y la inclinación dimisionaria. Por eso se nombra funcionarios y no
personalidades “que despojan por completo al ministro de su alta investidura y
de la indispensable independencia personal”. Sin personalidades con
independencia de criterio en los ministerios se pierde el primer control de todo
presidente.
Por
eso los ministros no deben ser solo intérpretes de la voluntad política del
Presidente de la República, sino también responsables políticos de lo que suceda
en su sector. Sin una trayectoria que proteger, sin una ejecutoria democrática
que los respalde, se seguirán sucediendo hechos como los que hemos visto en
estos cinco años, con ministros que han sido cómplices de la intromisión
inaceptable de la esposa del presidente. Hoy cuando se habla de algunos
ministros que se mantendrán en sus carteras en el nuevo gobierno, sería bueno
que escuchemos de ellos un mea culpa
por lo sucedido con Nadine Heredia en estos cinco años.
Por
lo pronto muchos de los nombres que se mencionan como futuros ministros son de
personalidades en sus distintos campos de acción, y de amplia trayectoria
profesional. Que así sea. Necesitamos ministros y no
secretarios.