Otra Mirada entrevista al historiador Antonio Zapata, quien hace una
radiografía sobre la política.
El historiador Antonio Zapata, en su reciente libro “Pensando a la derecha”,
realizó un estudio sobre las características de los gobiernos en el Perú durante
la etapa republicana y determinó que existen tres tradiciones que se enmarcan en
esa línea política: la derecha tecnocrática, el clientelismo populista y el
aprismo, como la derecha que antes fue de izquierda.
En esta entrevista con Francisco Durand, de Otra Mirada, Zapata explica en
qué medida esas variantes han estado presentes en el proceso electoral y si el
presidente electo, Pedro Pablo Kuczynski, puede representar a una de ellas.
—¿Qué tipos de derechas encontró en su estudio
histórico?
—Revisando la historia del Perú y tratando de hacer una síntesis, encontré
que podríamos clasificar a las derechas en tres grandes tipos, que son modelos
que se pueden aplicar a la realidad en alguna medida. Desde 1930 para adelante,
existió una derecha que en su época fue bien autoritaria pero bien promercado y
que combinaba estas dos definiciones con una tercera: bien populista en su
relación con los sectores populares; con desarrollo amplio del clientelismo del
Estado y con un esfuerzo muy consciente de ganar una base social para disputarle
a partidos más bien progresistas, revolucionarios y democráticos de la
época.
—¿Quiénes representan ese modelo autoritario, promercado y
populista?
—Así fueron Benavides y Odría; Benavides hizo el seguro del obrero y Odría el
seguro del empleado, Benavides hizo el Hospital Obrero y el otro, el Hospital
del Empleado, Benavides hizo barrios obreros y el otro, unidades vecinales,
Benavides generalizó la primaria y Odría la secundaria, y así sucesivamente como
un plan; todo esto combinado con un autoritarismo bien radical y a la vez
combinado con una orientación pro mercado completa y absoluta. Un total
liberalismo en el terreno económico, un autoritarismo en lo político y
clientelismo en lo social.
Eso llega hasta Alberto Fujimori, y de alguna manera Keiko, sobre todo en las
últimas semanas (de la campaña), cuando se le cayó la careta liberal, también lo
reproduce. Este modelo habría estado presente pero nos hemos salvado por un
pelo.
—¿Fujimori es como una versión de Odría o de Benavides en lo civil,
en el estilo político de relacionarse con el pueblo e incluso de
gobernar?
—Sí, creo que entre Benavides y Odría hubo cierta conciencia de que estaban
en el primer y segundo piso, en cambio en Fujimori han pasado los años y no
tiene tantas tradiciones en el Perú, entonces lo hace por sentido político
propio pero, sí, de alguna manera reproduce el modelo.
—¿Cómo ubica a Pedro Beltrán en esta visión histórica de la
derecha?
—Beltrán es el que comienza el camino que lleva a Kuczynski, él es un liberal
menos clientelista. El clientelismo no es uno de sus asuntos, al contrario, es
enemigo del clientelismo porque le parece que es dilapidar los recursos del
Estado.
—Entonces, Beltrán, muy a favor de la austeridad fiscal, del buen
manejo de los recursos del Estado y de creer que el mercado iba a generar empleo
suficiente como para que la gente tuviera mayor bienestar, ¿ seguía la escuela
de economía de Adam Smith?
—Sí, él era un ortodoxo. Él, en los años cuarenta, fue un representante del
Perú en la Conferencia de Bretton Woods, en la que participa en el diseño de la
arquitectura financiera post segunda guerra, también está muy comprometido con
el Banco Central de Reserva durante toda su vida y trata de orientarlo y,
además, en esa época, en toda América Latina, a fines de los 40, empezaba una
gran ola de populismo; Perón en Argentina, Vargas en Brasil, Cárdenas en México
y Beltrán es el que resiste en el Perú, el Perú no sigue el curso general y se
pierde de ese giro de izquierda, igual que el último proceso que hemos tenido,
el Perú se mantiene a la derecha, se mantiene liberal gracias a Pedro Beltrán,
al diario La Prensa y una fuerte participación política.
—Y llegando a la reciente elección, usted sugiere que Keiko es más
heredera de este autoritarismo populista o clientelista, mientras que Kuczynski
es más representante de una tradición liberal pro mercado, pro estabilidad
fiscal y esta creencia de que si se apoya al mercado, el mercado genera
bienestar. ¿Cuál es la tercera tradición?
—Hay una tercera tradición de derecha del Perú que es el APRA, que es una
tradición específica porque antes fue de izquierda y ha hecho virajes que
finalmente la han ubicado en la derecha con Alan García, esa es una derecha
particular; un partido tradicional que ha tenido enraizamiento popular y que
hasta ahora tiene una militancia que se siente de centro izquierda.
—Teniendo en cuenta que Ollanta era nacionalista, que llegó a la
presidencia con ese discurso y ya en la presidencia giró claramente hacia la
derecha ¿en alguna medida, Humala corresponde también a ese tipo?
—Sí, pero teniendo en cuenta que antes de la presidencia él estaba en la
centro izquierda y eso lo ubica también en el prototipo de los nacionalismos que
en América Latina ha sido frecuente.
—En el presente, viendo las encuestas, muy poca gente se declara como
derecha o se identifica como derecha. El mismo Kuczynski nunca ha querido decir
que es de derecha ¿Es una derecha vergonzante la que tenemos? ¿Por qué se
avergüenzan?
—En el mundo entero la palabra izquierda es asumida con orgullo por quienes
se sitúan ahí y se proclaman entusiastamente de izquierda, no tienen vergüenza.
En cambio, como el sentido tradicional de derecha ha estado unido a egoísmo,
interés individual, poca preocupación por los demás, a la gente de derecha no le
gusta decirlo o pretende por lo menos decir que son de centro y cuando se
escucha eso, debemos saber que son de derecha.
—Curioso, porque políticamente lo que se encuentra marcado, en esta
elección, es derechas e izquierdas.
—Claro, y además la gente suele argumentar que las divisiones son antiguas,
que corresponden a otra época, cuando escuchemos eso también debemos entender
que ellos son de derecha.
—El caso de Kuczynski es interesante porque es el primer gerente
tecnócrata que llega al poder como presidente.
—El perfil de esta derecha liberal a la que él pertenece normalmente es
subirse al carro de un populista de derecha, que es lo que hacía antes Kuczynski
pero esta vez se han atrevido y han tenido una fortuna enorme y han llegado,
porque hubieran podido perder en segunda vuelta pero Guzmán fue tachado y
llegaron.
—¿Kuczynski va estar tironeado entre una derecha más exigente a que
mantenga los principios de austeridad fiscal y que se alíe con el fujimorismo
del Congreso para dar una gobernabilidad que se traduce en defensa del statu
quo?
—Y además promoción del modelo que viene acompañando al statu quo, como
destrabar las inversiones.
—Pero la izquierda va a tratar de que cumpla compromisos con
indígenas, campesinos, con pequeños empresarios, con sindicatos…
—Por lo que va a tratar de gobernar con una suerte de unidad nacional
básicamente de derecha por lo que ahora están buscando algún izquierdoso, algún
caviar que quiera ser ministro de algo.
—Y va a dejar que los ministros asuman posiciones más claras y apenas
se queman los reemplazará para no aparecer como realmente lo que es, un
gobernante de derecha. ¿Es difícil en su situación porque no tiene
Congreso?
—Tres gobernantes peruanos que han tenido un Congreso muy en contra han sido:
Bustamante que acabó en golpe de Estado; Fernando Belaunde, en los 60, que
también acabó en golpe, y Alberto Fujimori, al comienzo de los noventa, que
acabó en autogolpe, entonces sortear la situación de un congreso bastante
adverso va a requerir de talento político y ojalá Kuczynski pueda contradecir la
historia.
—Él tiene talento empresarial, eso nadie lo discute, lo que no
sabemos es si tiene talento político.
—Y si se confirma la elección de Fernando Zavala, como jefe del gabinete,
tendremos a alguien semejante a él, más joven pero que no es una contraparte
política, Zavala es el clon más joven.
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Tres gobernantes peruanos que han tenido un congreso muy en contra han sido:
Bustamante que acabó en golpe de Estado, Fernando Belaunde, en los 60, que
también acabó en golpe, y Alberto Fujimori, al comienzo de los noventa, que
acabó en autogolpe, entonces sortear la situación de un Congreso bastante
adverso va a requerir de talento político y ojalá Kuczynski pueda contradecir la
historia.