Desde que llegó a la presidencia de Petroperú
(20/03/15) el excomandante PNP, Germán Velásquez Salazar, hace 14 meses, la
empresa estatal ha abandonado la política de fijar los precios de sus combustibles de acuerdo al compás
de las fluctuaciones del precio internacional del barril de petróleo (West Texas
International), para venderlos a precios elevadísimos con un margen superior
hasta en 42% de la paridad internacional (precio internacional del barril +
flete) que periódicamente pública el Organismo Supervisor de las Inversiones en
Energía y Minería (OSINERGMIN).
En estos 14 meses, la situación ha sido tan
escándalosa que hasta un reconocido liberal como el candidato presidencial Pedro
Pablo Kuczynski, ferviente defensor del libre mercado, reconoce que la “inmensa
caída del petróleo no se refleja en el consumo interno para beneficiar el
bolsillo de todos los peruanos”.
Este gigantesco margen de 42% sobre el precio
internacional ha sido transitoriamente corregido por Petroperú desde el mes de
mayo por los efectos políticos que venían causando en la campaña electoral, pero
nada garantiza que después del 5 de junio Velásquez, vuelva a las andadas.
Pero el daño al crecimiento económico ya está hecho.
En el Perú no hay competencia en el precio de la gasolina. Existe un duopolio
entre Petroperú que vende el 50%, mientras que Repsol (Refinería La Pampilla -
Relapasa) ocupa el otro 50%. Con el agravante que aprovechando la imagen de ser
empresa privada vende 10% por encima de los precios de Petroperú. Es decir, tras
cuernos, palos.
En los gráficos que hemos preparado de acuerdo a la
información de precios de gasolina que publica Petroperú versus el precio de
paridad internacional de la gasolina que publica OSINERGMIN, se puede apreciar
que en estos 14 meses de la era Velásquez, el gasolinazo ha sido su
bandera.
LA GASOLINA
MÁS CARA DE LATINOAMÉRICA
En los grifos de varios distritos de Lima, la gasolina
de 90 octanos –que representa el 50% del consumo nacional- se vende actualmente
hasta en S/ 12.50 el galón.
Y como se llega a este precio estrambotico. Al elevado
precio de refinería de Petroperú –Era Velásquez- se agregan otros cuatro
componentes para formar el precio en elgrifo.
Al precio en refinería se le agrega, primero, un
Impuesto al Rodaje (8%); segundo, se le suma el Impuesto Selectivo al Consumo
(ISC) de S/ 0.99 por galón de 90 octanos, y tercero, el Impuesto General a las
Ventas (IGV), que se aplica a la suma parcial.
Y por si fuera poco, en cuarto lugar, viene el margen
con que nos recargan los grifos. En algunas gasolinas como la de 97 octanos, el
margen llega hasta 100% en Miraflores, San Isidro y La Molina. Un verdadero
latrocinio.
Según el expresidente de Petroperú, César Gutiérrez,
el margen de comercialización internacional que cobran las cadenas de grifos es
de 10%, pero en el Perú no se respeta, se especula.
Por otro lado, al directorio que encabeza Germán
Velásquez en Petroperú y que integran Jorge Ramos Felices (vicepresidente), Gina
Aracelly Vega Ponce de León, Richard Eduardo Gutiérrez León y Patricia Díaz
Gazzolo, no le entran balas. Como canta Daddy Yankee, “a ellos les gusta la
gasolina (cara), les encanta la gasolina (cara)”. Tanto que a ritmo de
reggaeton, el excomandante, cual General (muévelo, muévelo) canta “que ha
cumplido con trasladar la reducción de los precios internacionales de los
componentes importados de gasolina al mercado local (y que importa gasolina de
804 y 90 octanos de EEUU) y que cualquier otra teoría es trasnochada”.(Gestión
17/12/15) Es decir, los cuadros con información estadística que pone en
evidencia la Era del Gasolinazo, no cuentan.
Llama la atención, sin embargo, que pese a este
sacrificio de los consumidores peruanos pagando esta gasolina cara, estos
anómalos ingresos no se hayan reflejado en los balances de Petroperú que pese a
vender la gasolina con recargo de hasta 42% ha logrado exhibir en la Memoria del
2015 utilidades de apenas S/ 503 millones.
Por cierto, la Era del Gasolinazo atenta contra los
derechos de los consumidores, que deberían merecer por lo menos una exhaustiva
investigación por parte de INDECOPI y de las asociaciones de defensa de los
consumidores, como Opecu, Aspec, que deberían tomar cartas en el
asunto.
Esta gigantesca alza de precios tiene como objetivo
financiar el elefante blanco del oneroso Proyecto de Modernización de la
Refinería de Talara (PMRT) que asciende en la actualidad a US$ 3,805 millones a
la fecha. El economista Ricardo Lago señala que “El costo promedio de inversión
por barril diario refinado asciende a 39 mil dólares… cuando la refinería de
Jamnagar en India es la sexta del mundo en capacidad y una de las más complejas
(según el Índice de Nelson). El costo por barril refinado es algo menos de 10
mil dólares…. en los EE.UU., la Prairie Refinery de Dakota del Norte: 17,500
dólares por barril refinado…. La Agencia Internacional de la Energía dice que el
costo se debe de situar entre 15 y 20 mil dólares”.(Perú21 01/06/14). En otras
palabras, los contratistas españoles de Técnicas Reunidas, que vienen realizando
este proyecto, como hace 500 años, nos vuelven a agarrar de cholitos.
Por último, y no menos importante (last but not least) este elevado costo
de los combustibles, entre ellos, resta considerablemente la competitividad de
varios sectores de la economía peruana (servicios, comercio, agricultura, etc.),
que tienen que incorporar un costo elevado de transporte en sus costos diarios.