¿Ganó la derecha? - Juan Carlos Valdivia - EL MONTONERO
¿Ganó la derecha?
31 de Mayo del 2016
El liberal
PPK firma pactos con izquierdistas radicales
Cuando
se incorporó la segunda vuelta a nuestro ordenamiento constitucional, se hizo
con la intención de evitar gobiernos débiles, sin mayoría parlamentaria, como
fue el caso del primer belaundismo. Una segunda vuelta debe permitir la
reorganización de las fuerzas políticas y la conformación de alianzas de
gobierno. Pero la creatividad peruana nos ha traído el “voto crítico”; es decir,
un mandato sin mandato, una excusa para —en lugar de formar mayorías que
gobiernen— formar mayorías que eviten que otros gobiernen.
Lo
responsable, si alguien pide votar por alguna opción, es que se asuma el mandato
que se le da —con el voto— al candidato para que lleve adelante su plan de
gobierno. El “voto crítico” es todo lo contrario: un voto por determinado
candidato, pero no para que lleve adelante su programa, sino para elegir a
determinada persona como presidente, a pesar de que el votante se opone al plan
de gobierno de ese candidato.
Al
parecer lo políticamente correcto es hacer aquello que seguirá debilitando a
nuestra ya débil institucionalidad. Los sectores de izquierda no solo se oponen
a la candidatura de Keiko Fujimori, sino que promueven se vote por PPK,
advirtiendo que si es elegido se convertirán en oposición y no lo apoyaran en la
tarea de gobernar. La izquierda le plantea a PPK tomar distancia del fujimorismo
para darle su voto; pero si es elegido no contará con los votos de la izquierda
ni con los del fujimorismo. Es decir, están creando un Poder Ejecutivo débil,
sin respaldo de una mayoría parlamentaria y enfrentado a los 73 parlamentarios
fujimoristas.
La
irracionalidad se ha impuesto. La primera lectura de los resultados de la
primera vuelta era un triunfo de la derecha y una contundente derrota de la
izquierda, que planteaba un cambio del modelo económico. Entonces, cuando lo
natural era avanzar en un cogobierno entre las dos fuerzas que pasaron a la
segunda vuelta —que permitiera producir las reformas necesarias, dinamizar la
economía y profundizar el modelo— la izquierda ha logrado imponer su agenda a
PPK, para que busque la presidencia sin formar una mayoría parlamentaria.
Kuczynski ha hecho pactos con los sindicalistas de la izquierdista CGTP, y ayer
con el colectivo No a Keiko, legitimando un movimiento que junto con oponerse al
fujimorismo se plantea cambiar “el modelo neoliberal” que PPK supuestamente
defiende. Cada vez se comprende menos.
Ni
el mejor diseño constitucional se sostiene ante los graves problemas
institucionales en nuestra sociedad. Con escasa tradición republicana, ponemos
intereses personales en lugar de disponernos a entender un sistema de mayoría y
minorías. La informalidad será siempre una opción antes de aceptar las reglas de
la democracia.