¿Y el bicentenario? - Por Juan Carlos Valdivia - EL MONTONERO
¿Y el bicentenario?
24 de Mayo del 2016
Falta conocer
al Perú: su historia, su geografía y su riqueza cultural
Obligados
por la propuesta del Jurado Nacional de Elecciones, esperábamos de los
candidatos que nos ofrezcan una nueva perspectiva del país, qué tipo de sociedad
esperan del Perú al terminar su probable mandato. Quedé insatisfecho. Ambos
candidatos tienen una mirada muy inmediata, sin profundidad. Y cualquiera de
ellos será quien nos lleve al bicentenario. Lamentablemente ambos candidatos
parecen tener escasa conexión con el Perú, con su pasado y con su futuro. Son
candidatos productos del país de hoy: inmediatistas, pragmáticos, pero sin un
anclaje en la historia del Perú.
Y
esa ausencia de compromiso con el pasado del Perú se hace notar en su visión
sobre lo que debe ser el Perú del futuro. No nos hablan de la grandeza de una
civilización, sino del resultado de una serie de obras de infraestructura y
medidas económicas; pero sin una lectura trascendente, con más sentido de
tenedor de libros, del debe y del haber, que de saber el lugar del Perú en la
región. No mencionan la obligación de doblegar a la naturaleza, como lo hicieran
los incas con sus obras de irrigación o los andenes; o de integrar al país por
vías terrestres, como ya se hizo con el Qapac Ñam.
El
país requiere cambios que profundicen lo avanzado. Pero para lograrlos se
necesita transmitir por qué y para qué queremos mejorar. Recuperar el liderazgo
del país, revalorar la nación, la peruanidad, eso que Víctor A. Belaunde definió
con belleza: una síntesis viviente. Una síntesis que hoy tiene expresión
cultural en el arte y en la gastronomía, y que debe encontrar expresiones en el
accionar político.
Las
referencias al pasado del Perú son escasas, si no inexistentes, en los discursos
de ambos candidatos. Y por ello no pueden ofrecer una visión de un país que
quizás conocen geográficamente, pero no temporalmente. La oportunidad de tener
dos opciones que son herederas de los cambios producidos por la Constitución de
1993 disputando la Presidencia de la República ha sido desperdiciada por la
ceguera y la ambición. Por esa falta de visión del país, quedamos sometidos a
las necesidades de las vanidades de unos pocos. Si ambos candidatos hubieran
tenido la grandeza de ver el futuro desde el pasado del país, y no del suyo
propio, hoy estaríamos ante un situación distinta, hablando del bicentenario y
no de las heridas que dejará esta segunda vuelta, en la que algunos se prestan
al juego de la izquierda para obtener votos.
El
Perú merece, hacia su bicentenario, un nuevo tipo de líderes: líderes que
conozcan su país, su historia y su geografía, y que estén orgullosos de su
riqueza cultural y de su tradicional protagonismo en la
región.