Promesa utópica de masificar el Gas Natural, por César Gutiérrez
Doce años venimos escuchando la prédica de la masificación del
gas natural (GN), es decir suministro del energético a través de redes que
lleguen al predio de cada consumidor. Sin embargo, la realidad dista del
ofrecimiento, nueve regiones tienen concesionario y el avance es lentísimo
llegando a una cobertura que es del orden del 13% del universo de potenciales
consumidores, la cual se va mantener por lo menos hasta el año 2024, con los
compromisos que han adquirido los distribuidores. Es decir que ni siquiera al
término del mandato gubernamental que se inicia este año, tendremos cifras
diferentes. Mientras tanto, en simultáneo, la venta de gas licuado de petróleo
(GLP) se viene incrementando a la tasa de 10% anual y a pesar de ello aún cerca
del 40% de los hogares utiliza combustibles muy primarios para cocinar como la
leña y carbón.
Hoy, el costo de inversión en desplegar infraestructura de
redes para atender a los clientes, es del orden de 1,000 dólares por consumidor,
para las concesiones ya otorgadas y de 2,500 dólares, para el caso de
Piura, según las cifras del propio aspirante, la empresa de capitales
colombianos Gasnorp. Para el caso menos costoso, si se quisiera tener un ahorro
del 20% con GN que reemplace al GLP, en un horizonte de 20 años y una tasa de
descuento del 12% anual en US $, que son las cifras típicas para las empresas
del sector; se necesitará un subsidio estatal de 117 US $ por cada
consumidor.
Si el nuevo gobierno se pone la meta de conectar por año el 10%
del universo de consumidores de las regiones que ya tienen concesionario, el
subsidio ascendería a 54 millones de dólares. Si un nuevo gobierno está
dispuesto a eso, adelante, de lo contrario, es promesa que será incumplida. Más
rentable sería que las concesionarias de GN por redes sigan en su dinámica y el
estado apueste por tener más almacenamiento de GLP vía contratos de concesión,
para al menos universalizar su consumo, conjugando con el aporte del Fondo de
Inclusión Social Energética (FISE) existente, para eliminar de una vez por todas
el uso del carbón y la leña.
Sobre cifras que son reales y oficiales, queda claro que los
candidatos presidenciales no saben lo que están prometiendo y menos las
soluciones a la problemática.