La asonada contra Las Bambas estaba advertida. Desde hace semanas se señalaba sobre la presencia de los azuzadores en la zona que buscaban generar los problemas usuales. El gobernador regional advirtió sobre lo que venía sucediendo, pero el Gobierno -más preocupado por los problemas de la esposa del Presidente del República- no ha podido hacer frente, una vez más, a la organización de los antimineros.
En el país, gracias al humalismo, los servicios de inteligencia están preocupados en organizar la defensa de la señora Heredia, buscando información y chuponeando a quienes la vienen investigando, mientras que los congresistas muestran una vez su inutilidad en la tarea de representación. Y los problemas saltan ahí donde el Estado debería estar presente, donde se está produciendo la más importante inversión minera en la historia del país.
El Premier se pasea en visitas poco productivas en la capital, mientras que
los problemas saltan en Loreto o en Las Bambas y el país aparece sin conducción
ni mando. Y la oposición hace lo posible por no cuestionar a un gobierno débil,
cuenta las semanas para el siguiente proceso electoral. Esto no resiste mucho
más.