Milagros Leyva nos recibe en su departamento, en Miraflores. Nos abre la
puerta quien fuera su productor en el programa de Canal N, “No culpes a la
noche”. La periodista nos espera en la sala de estar, rodeada de un grupo de
amigos, entre ellos el periodista Chema Salcedo. En apariencia luce tranquila,
a pesar de la grave denuncia que acaba de salir a la luz: el Ministerio Público
de Bolivia ha revelado que la periodista entregó 30,000 dólares a Martín
Belaunde Lossio cuando este estaba con arresto domiciliario en el país andino.
Milagros Leyva, sin andar con rodeos, confirma la información: “Sí, le entregué
30,000 dólares al ‘Curaca Blanco’”. La periodista del Grupo El Comercio nos
contó también los pormenores de aquella entrega de dinero, de su “salida” del
canal 4 y de su encuentro en palacio con Nadine Heredia.
Leiva empieza con la siguiente narración:
“Ayer en la tarde yo entrevisté a la empleada de Nadine Heredia, Micheline
Vargas. Fue una entrevista muy dura, muy tensa. Esta señora está aterrada. Ella
tiene miedo de que le hagan algo, de que la desaparezcan. En la entrevista ella
pedía garantías para su vida, quiere pedir refugio en otro país. Yo espero que
esa entrevista salga al aire. Esa tarde estuve haciendo esa entrevista para mi
programa “Sin peros en la lengua” del próximo domingo. Ella está aterrada y me
llamaron la atención dos cosas durante esta entrevista. Una su pánico cuandole
mencioné el nombre de Peñafiel, que es este supuesto policía que habría sacado
el cadáver de Emerson Fasabi de la morgue y quien se habría encargado de
llevarle el cadáver a la mamá. Eso fue lo que pasó ayer. Terminé mi entrevista.
Evidentemente tenía una superprimicia, por eso espero que esa información algún
día salga a la luz”.
-¿Es verdad que, además de entrevistar a Micheline, estaba programado que
acudieran a la entrevista otras dos empleadas que estuvieron al servicio de
Ollanta Humala y su esposa?
-¿Cómo sabes eso?
-¿Y es cierto que una de ellas, de nombre Adela, fue intervenida por
Seguridad del Estado antes de llegar a la entrevista?
-Eso es lo que me dicen. No tengo la confirmación. Lo que me han dicho es que
fue detenida pero no he podido hablar de ellas.
-¿No tienes copia de la entrevista?
- No. Espero tenerla. Además mi programa estaba investigando de manera muy
seria la muerte de Emerson Fasabi, porque nuestra principal sospecha era qye lo
mataron y no que ha muerto de manera natural. Su cadáver se movió sin presencia
de un fiscal, se lo llevó a la morgue y después de estar en la morgue diez días
alguien lo sacó y se lo llevó a la mamá. Todo esto estábamos trabajando ayer y
en la tarde me llama mi jefa, Clara Elvira Ospina, y me cita al canal de manera
urgente. Cuando llego al canal estaba ella con Ronald Velarde y el abogado del
canal, el doctor Reaño. Cuando vi al doctor Reaño pensé que se trataba de una
denuncia por difamación de Vicente Díaz Arce, por unas cartas de rectificación
que yo no había leído, pero Reaño me dijo que eso ya estaba solucionado, que
era algo peor. Y entonces me explicaron que, haciendo una investigación, los
fiscales de Bolivia, en cruce con la Procuraduría Anticorrupción del Perú,
habían llegado al conocimiento del ‘Curaca Blanco’, Juliano Arista, en Bolivia.
Y entre otras cosas, este señor contaba cómo había sido, quién le había ayudado
en la fuga de Martín Belaunde Lossio y qué personas le habían dado dinero para
sobornar a los jueces. Y que en esa denuncia la periodista Milagros Leyva del
Perú también le había ayudado y le había dado un cheque de 30,000 dólares. Y
Clara Elvira me preguntó: ‘¿qué es esto?’. Y yo le respondí: ‘eso es verdad’.
Ese es un peaje que yo pagué para poder entrar en la casa de Belaunde Lossio,
donde él estaba bajo arresto domiciliario, que me lo pidió el ‘Curaca’, que fue
una especie de peaje, que lo hice con mi dinero. ¿Por qué? Porque él me quería
enseñar unos documentos tan sensibles que si yo los tuviera en la mano, este
régimen no sólo se cae, sino que muchas que tú y yo vemos estarían acompañando
a Martín Belaunde Lossio en prisión. Finalmente, él se fugó, no tengo los
documentos en mis manos…
-¿Y los viste alguna vez?
-Sí, claro que los vi. Yo pagué un peaje al ‘Curaca’ para que me dejara
entrar a la casa…
-Sí, pero de alguna forma era darle dinero a Martín Belaunde para que se
mantuviera en la clandestinidad.
-Yo lo único que te puedo decir es que, en efecto, le di un cheque
bancarizado –porque dije si me están tendiendo una trampa aquí va a quedar
huella- con fondos míos, de mis ahorros… Clara Elvira escuchó toda esta
historia. Yo le dije que había violado uno de los principios rectores del
canal… Y quiero que se sepa que fui yo quien renunció. Para mí, sobre todas las
cosas estaba la búsqueda de la verdad.
Me acuerdo de un episodio muy importante de mi vida periodística, que fueron
los vladivideos. Y los vladivideos costaron. Y la información que tenía
Belaunde Lossio era tan explosiva como eso. No sé sinceramente qué ha pasado
con esos papeles. Tenía mucha información en una tablet blanca. Belaunde Lossio
está en la cárcel. No sé si algún fiscal lo está interrogando. Lo único que sé
es que yo voy a demandar penalmente a “La Mula” porque se han atrevido a
escribir sandeces, idioteces y han dicho que yo soy parte de una red de lavado
de activos, donde yo habría colaborado… y eso no es verdad.
-¿Pero eres consciente del problema en el que te has metido entregando plata
a Martín Belaunde?
-Yo soy consciente de que soy periodista y de que hay un bien superior en
esta carrera, que es la búsqueda de la verdad, y el derecho del pueblo peruano
a enterarse de quiénes son los que están gobernando.
-¿Cuándo tú le entregas el dinero estaba prófugo en Bolivia?
-No, él ya estaba con arresto domiciliario. Fue para entrar en la casa de
Bolivia.
-Él había fugado del Perú y esa plata servía para financiar su estadía en
Bolivia. ¿No sentiste dudas?
-No. Creo que si alguien sabe mucho de un régimen que ha hecho cosas
corruptas y que esa persona sabe el origen de ese dinero y te empieza a
contar cosas… De repente he cometido el gran error de mi vida, pero yo lo
volvería a hacer. Si me preguntas si lo volvería a hacer, te diría que sí.
-¿No te dio los papeles?
-No. Se terminó fugando. Castígame por eso.
-¿No te sientes engañada por Martín Belaunde?
-Sí. Si yo lo viera hoy día le diría que es un… Le diría tantas cosas. Para
empezar le diría que cuente todo lo que sabe y que termine de desenmascarar a
este gobierno.
-¿Volviste a hablar con él?
-Cuando se fugó, me llamó.
-Así lo atrapan, interceptando esa llamada…
-Sí, claro. Eso es muy interesante. Y eso sí te quiero decir. Cuando me
cuenta Clara Elvira esta información sobre el pago, me dice que esta
información la tiene la Procuraduría Anticorrupción del Perú. El procurador
Joel Segura alguna vez prometió que mi cabeza iba a rodar porque yo me atreví a
entrevistar en señal abierta a Yeni Vilcatoma y ella denunció todo lo que
habían tratado de hacer Roy Gates y el exministro Figallo para que Belaunde se
acogiera a la colaboración eficaz. Después de aquella entrevista amigos míos de
la Procuraduría me dijeron que en las horas siguientes Joel Segura dijo: ‘Algún
día veré rodar la cabeza de Milagros Leyva’.
-Y se la serviste en bandeja.
-Sí. Pero tengo amigos periodistas como tú que quieren saber la verdad. Se
olvidan de que hay periodistas decentes en este país que quieren saber la
verdad.
-¿Es cierto que además de los 30,000 dólares se hizo una triangulación de
plata a través de una cuenta a tu nombre? Es decir, ¿depositaron plata en una
cuenta tuya y tú la reenviaste a Bolivia?
-Perdón, ¿qué me estás diciendo? No sé quién te lo ha contado, pero reto a
quien sea a que lo demuestre. Yo puedo mostrar mi secreto bancario. Eso es una
difamación, una calumnia. Eso es lo que quieren, destruirme. Cuando yo me
despedí de Clara Elvira Ospina, me dijo: “Te van a demoler, búscate un buen
abogado’. Yo le respondí: ‘¿por qué? Yo no he hecho nada malo’. Ahora lo
entiendo, con esto que me estás diciendo entiendo a qué se refería. A mí nadie
me ha depositado plata en mis cuentas. Ese monstruo que están armando de que
llevaba remesas y que recibía dinero es una vil canallada de un gobierno que lo
único que quiere es destruir a periodistas que buscamos la verdad. La semana
pasada Roy Gates me dijo: ‘No te metas mucho con el Poder Judicial porque algún
día lo puedes necesitar’. Ahora entiendo esa advertencia. Eso me lo dijo en
privado.
Todo el dinero que yo tengo en mis cuentas bancarias proviene de “El
Comercio”, Canal N y América Televisión. Yo soy una persona decente. Me he
ganado cada frejol de manera honesta. He trabajado de sol a sol. Soy una
periodista obsesiva. Hago cosas que otros periodistas no hacen. Por ejemplo,
pagar de mis propios recursos el viaje y la estadía de Fiorella Nolasco para
que denuncie a Álvarez porque mi canal dice que no tiene recursos. Y lo hago
porque creo en la verdad.
-¿Qué es lo que viste en los documentos de Martín Belaunde? ¿Al menos puedes
decirnos de qué trataban?
- No puedo decirlo porque hay personas que me pueden denunciar por difamación
porque no tengo la prueba. Me enseñó pagos con firmas y todo de personas muy
allegadas a… depósitos. Depósitos hechos por él a personas… Es muy serio.
Imagínate que Belaunde Lossio lee el semanario “Hildebrandt en sus trece” e
imagino que va a leer esto, así que le voy a decir lo que le dije varias veces:
conviértete en colaborador eficaz y desenmascara toda la corrupción de este
gobierno. Los peruanos tenemos derecho a saberlo. Eso es todo lo que puedo
decir.
César Hildebrandt siempre ha dicho que yo soy una ingenua. Quizá un poco de
eso, porque ahora debería tener ese documento en mis manos, mostrártelo y
tumbarnos este gobierno por corrupto y no lo tengo, pero yo sé que hay una
persona fondeada en la cárcel que sí lo tiene.
-Hay un momento en que eres especialmente blanda con él. Cuando Martín
Belaunde está fugado lo dejas hablar y soltar esta versión de que había sido
secuestrado.
-Sí. Él me llamó y me dijo que su vida estaba en peligro. Inclusive buscamos
a monseñor Bambaren para ayudarlo.
-¿Pero tú le creíste esa versión de que había sido secuestrado?
-Yo lo único que pensé era que me había llamado, que dijo que estaba en
peligro y que quería hacer una declaración. Y cuando una fuente está en la
clandestinidad y dice que quiere declarar, ¿qué hacemos? Esa declaración la
escucharon antes de salir al aire los directivos, era grabada. Yo la
grabé. -¿Alguna vez has hablado con Roxana Altuna, la exmujer de Martín
Belaunde? -Sí, claro. Nunca me ha querido dar entrevistas grabadas. Sí creo
que en algún momento, quizá cuando termine este gobierno, contará toda su
historia. Yo no he tenido la suficiente capacidad persuasiva para que lo haga.
Ella no ha querido hablar.
-¿Tiene miedo?
-Está aterrada. Le han desgraciado la vida. Es una víctima y era amiga de
Nadine. La han matado en vida. Y ella era la amiga de Nadine. Muchas personas
tienen miedo, Rebeca. Yo nunca voy a olvidar una vez que Nadine me llamó a
Palacio y me dijo: ‘Suéltame Leyva’. Nunca me decía Milagros. Y yo le pregunté:
‘¿De qué tengo que soltar? Fue la única vez que Nadine me llamó a Palacio.
Roxana Altuna y Coco Salazar son testigos de eso.
-¿Todos estos meses no se te ocurrió advertirle a Canal 4 que habías pagado
por esa entrevista?
--Sí, claro.
-¿Y por qué no lo hiciste?
-Sí, sí lo hice. Lo hice internamente. No lo dije en el canal. Lo dije en el
Grupo El Comercio.
-Pero son los mismos…
-Bueno… no me meto en esas honduras
-¿Pero en “El Comercio” sí sabían que habías pagado por la entrevista?
-Miembros de la familia Miró Quesada sí sabían.
-¿Te enamoraste de él?
-¿De quién?
-¿De Martín Belaunde?
-¿Está obligada a preguntarme eso? Rebeca, por favor.
-¿Pudiste, en un momento determinado, sentir por él una atracción y que eso
haya interferido en tu trabajo?
-No, lo que yo siento ahora por Martín Belaunde Lossio son unas ganas enormes
de que cuente todo lo que me contó off the record.
-¿Y no crees que te pudo mentir?
-No, porque me enseñó papeles. El primero que me habló de la señora Rocío
Calderón fue Martín Belaunde Lossio. Y me dijo que debía jalar de ese hilo. Me
habló de OSCE. No te puedo contar todo, pero ahora veo lo que está sucediendo y
digo: carajo, tenía razón. Yo siempre comparo a Martín Belaunde con la Pinchi
Pinchi. La diferencia es que ella se convirtió en colaboradora eficaz y contó
todo. Él también sabe muchas cosas de este gobierno.
-También tiene agendas? ¿Anotaba todo en sus agendas?
-Sí, por supuesto. Qué buena… Mi conclusión es que él no es el único que
debería estar preso.
-¿Con todo lo que sabes, la familia Humala-Heredia puede terminar en la
cárcel?
-Creo que investigada y procesada, sí. Siempre decía en mi programa que
hablamos de Nadine continuamente, pero ¿y dónde está Ollanta Humala? Perdóname,
pero son una pareja. La señora Nadine Heredia me dijo una vez en Palacio:
‘Suéltame Leyva’ y no la solté. Ella cree que dando gritos los peruanos nos
vamos a olvidar de preguntarnos de dónde ha sacado su dinero. Yo no tengo nada
que esconder, puedo dar detalle de todas mis finanzas. Ella no puede hacer eso,
no puede explicar por qué hay aportantes truchos en su partido.
Este gobierno ha sido bastante cruel y perverso conmigo. El exministro
Urresti tuvo la desfachatez de decir que yo era la amante de García en la
banca. Y gracias a esa declaración canallesca, perversa, grosera, yo he
recibido las bajezas sexuales más fuertes de toda mi vida como mujer. Hasta
ahora. Pero eso fue teledirigido, armado. Rebeca Diz Hildebrandt en sus
trece