En cierta manera era un sentimiento auténtico. Los operadores de la señora Heredia ubicados en la Presidencia del Congreso fueron desprestigiando el cargo hasta convertirlo en simples tramitadores de la voluntad de la esposa del Presidente. El contrapeso de poderes dejó de existir y convirtió al Legislativo en un anexo de la oficina de la señora Heredia.
¿Qué ha pasado en este mes de gestión?
Uno pensaría que dejaríamos de ver a la señora Heredia presidiendo actos oficiales y lanzar su perorata sobre el carácter fundacional de este gobierno. Por el contrario, la situación se ha agravado. La señora Heredia usa actos oficiales para defenderse de las graves acusaciones que pesan sobre ella. Atacan a partidos políticos de la oposición con la presencia cómplice de algunos ministros de Estado. ¿Y el Parlamento? Mira al costado. El Presidente de la República se suma a la defensa de su esposa y cuestiona a la oposición, y el presidente del Congreso no defiende los fueros parlamentarios.
¿Para eso querían la presidencia del Congreso?