El FMI alerta sobre las vulnerabilidades de la zona euro
La zona euro cuenta desde hace meses con un petróleo barato y una expansión
monetaria sin precedentes como aliados o cómplices para acelerar su ritmo tras
un 2014 bastante pobre, pero las vulnerabilidades del club de la moneda única
persisten y las perspectivas de medio plazo quedan lejos de lo brillante. El
Fondo Monetario Internacional (FMI) ha encendido la alerta sobre el medio plazo:
el bajo crecimiento potencial, las debilidades de la banca y los riesgos futuros
de la crisis griega.
La evaluación anual del FMI sobre la zona euro correspondiente al Artículo IV
—una suerte de ITV de las economías que forman parte del organismo— no mejora
más que en una décima las previsiones de crecimiento de 2016 (del 1,6% que
calculaba en abril al 1,7%, mientras mantiene en el 1,5% las de este año) y
llega tras una primera mitad del verano convulsa, con el polvorín griego a punto
de estallar en varias ocasiones y la posibilidad de su salida del euro más
tangible que nunca.
Que una moneda única casa mal con escenarios fiscales y económicos tan
dispares como los que se dan en la unión del euro es algo que se repite desde
que estalló la crisis de deuda soberana hace ya cinco años. Francia, tras las
últimas turbulencias, ha decidido liderar un grupo de países para trabajar en la
línea de una Europa económica más reforzada: más unión fiscal y social y más
armonización en aspectos como el salario mínimo o el Impuesto de Sociedades.
También el Fondo apela en su informe a una mejora de la gobernanza y del
marco fiscal europeo, que ha experimentados diversas reformas. Para el FMI,
debería simplificarse en torno a dos grandes pilares, apuntan los expertos, un
ancla fiscal única (deuda en relación al PIB) y un solo objetivo operativo (una
norma de crecimiento del gasto) vinculado a ese ancla.
“Varios factores que nublan el pronóstico de crecimiento de los próximos
cinco años”, en palabras del jefe de la misión para la eurozona, Mahmood
Pradhan, y estos incluyen “el alto desempleo, especialmente entre los jóvenes,
gran deuda corporativa y la morosidad creciente en la banca”. El euro, por
tanto, resulta vulnerable a los shocks: “Un shock moderado en la confianza –como
una previsión de crecimiento futuro más bajo o un recrudecimiento de las
tensiones geopolíticas-podría inclinar el muro hacia un estancamiento
prolongado”.
Hay un mensaje claro por parte del FMI: la compra de activos masiva diseñada
por el Banco Central Europeo (BCE) debe aplicarse en su totalidad hasta que se
cumplan los objetivos de inflación, pero advierte de que no todos los países
deben hacer uso des esa inyección monetaria: mientras países con margen fiscal
limitado debería usarlo para pagar deuda, otro como Alemania u Holanda deberían
destinarlo para apoyar la inversión y las reformas estructurales. En este
contexto, el organismo pide que se acelere el llamado plan Juncker de
inversiones.
El Fondo también insiste con señalar a la banca como pieza aún por encajar en
la estrategia recuperación, ya que, pese al arsenal de dinero barato del BCE,
los expertos creen que la morosidad aún frena muchos proyectos de inversión y
crecimiento, así que reclaman más reformas para acelerar el desenlace de los
procesos de insolvencias o suspensiones de pagos.
Además, propone desarrollar el mercado de compraventa de créditos tóxicos
para facilitar la reestructuración de las entidades y recomienda apoyar el
proyecto en empresas de gestión de activos con posible apoyo público en
ocasiones, como sería la Sareb o banco malo creado en España para sanear a la
banca.
Las políticas también deben ir destinadas “El crecimiento potencial, estimado
en una media de solo el 1% sobre el medio plazo, está muy por debajo de lo que
se necesita para reducir el desempleo a niveles aceptables en muchos países”,
señalan los responsable del informe hecho público este lunes. España es uno de
ellos, con una tasa de paro que más que duplica la media de la eurozona (el
Fondo cree que en 2015 acabará en el 11,1% y que no bajará del 10% hasta el
2018.
También lanza una advertencia sobre Grecia: “Aunque la reacción del mercado
tras la aprobación del último paquete de reformas ha sido en general positiva,
no pueden descartarse nuevas situaciones de estabilidad”, afirman los directores
en la declaración final del informe, así que urgen a continuar reforzando los
“cortafuegos” que evitan el contagio entre países. El País