Organizando la defensa - Por JUAN CARLOS VALDIVIA - CORREO SEMANAL
Prioridades del
humalismo hacia el 2016
Organizando la defensa
El humalismo se prepara
para dejar el poder antes que para las elecciones del próximo año. El domingo
pasado, cuando Daniel Urresti anunció su inscripción en el partido nacionalista,
hizo el intento de hacer una defensa de la señora Heredia y de su madre. Fue el
único mensaje político que tuvo como encargo realizar: hacer notar la injusticia
de las investigaciones sobre Nadine Heredia y su madre.
Urresti no quiso entrar en
definiciones ideológicas, sin embargo si trato de sostener los argumentos –que
repiten desde el Presidente hasta el último nacionalista que llama diariamente
por teléfono a las radios- sobre una supuesta conspiración en contra de la
esposa del Presidente. Entonces es legítimo preguntarse por qué Urresti adelantó
el anuncio de su participación política, cuando había pedido dos semanas para
hacerlo.
Es obvio que su primera
tarea será la de defender a la señora Heredia. Si de algo ha carecido el
humalismo es de voceros con alguna habilidad para el debate político. Las
limitaciones de los congresistas que suelen asumir este papel son quizás la
principal explicación del distanciamiento de la opinión pública del partido de
gobierno. Y hoy en día, si algo requiere el gobierno, son defensores de Nadine
Heredia. Ya se reestreno en esta tarea Eduardo Roy Gates, apenas alejado de su
función de asesor presidencial.
El partido de gobierno pudo
incorporar a las tareas de vocería política a algunos exministros, como Juan
Jiménez Mayor, sin embargo prefirieron darle una embajada en premio a su
lealtad, antes que facilitarle que haga trabajo político en el Perú. Porque a
pesar de haber podido convocar a profesionales solventes para los cargos de
ministros, no ha podido lograr que estos mismos profesionales se incorporen a la
acción política en el partido de gobierno. Y por el contrario ha ido perdiendo
voceros con cierta reputación como pudieron ser el congresista Sergio Tejada, o
el ex procurador Julio Arbizú, O algunos han buscado su propio camino como el ex
premier Oscar Valdez.
Pero acercándonos al final
del gobierno, las denuncias comienzan a multiplicarse, como las deserciones se
vuelven constantes. Los negocios de Belaunde Lossio muestran en cada nueva
denuncia como la participación del Estado era necesaria para su supuesto éxito
empresarial. Y la revisión de los fondos de campaña del nacionalismo muestra
tantas inconsistencias (probablemente como la de todos los partidos) que hace
preguntarse sobre el verdadero origen de los fondos. Y no se trata de repetir
que son fondos privados, porque podrían haber hipotecado algunas decisiones del
partido nacionalista, como se puede ver en el silencio cómplice respecto a los
abusos del gobierno venezolano para con la oposición y la prensa independiente.
Es por eso que la financiación del partido de Ollanta Humala debe ser aclarada,
pues puede estar definiendo algunas posiciones políticas del Estado peruano.
El humalismo no se preocupa
de las políticas públicas que deben trascender a su gobierno. Por ejemplo, la
reforma de la educación que se viene llevando adelante. De lo único que ha
hablado el presidente en los últimos tiempos es de una supuesta conspiración
“contra la luchadora social (o quiso decir de las paginas sociales) Nadine
Heredia”. Es penoso que todo el gobierno dependa de lo que suceda con la esposa
del Presidente. Pero es una regla que se ha impuesto en este gobierno con la
anuencia de la oposición.
Por eso, el humalismo
comienza a armar su equipo en vistas al 2016, y lo hace como se arman los buenos
equipos en el futbol: organizando primero la defensa. Así creen que sobrevivirá
su principal jugador –Nadine Heredia- a las sucesivas acusaciones que vienen
apareciendo. Quizás sea una buena estrategia, pero todo dependerá de la
capacidad de la prensa independiente de poder lograr las pruebas de aquello que
todos sospechamos.