Se ha vociferado a los cuatro vientos desde las más altas
esferas gubernamentales, aprovechando la Conferencia Internacional de Cambio
Climático, COP20, que se viene realizando en Lima, que el Perú en el 2025,
tendrá una producción energética con un 60% provenientes de fuentes renovables.
Me imagino que las autoridades se están refiriendo al sector electricidad pues
según el Plan Energético Nacional 2014-2025 (PEN), en la matriz de demanda de
consumidor final, para el 2025 se indica que el 80% de ella será atendida por
diversos combustibles no renovables.
En el sector electricidad, la ampliación de capacidad de
generación hidroeléctrica en un escenario conservador según el PEN, significaría
unos 2,850 MW; de los cuales ya en el 2018, con las centrales en construcción se
tendrán 2,000 MW, es decir la tarea es obtener inversiones para construir 850
MW. Toda la apuesta del Ejecutivo está en la próxima licitación de ProInversión
por 1,200 MW hidráulicos, con lo que superará fácilmente la meta propuesta. Si
se hacen correctamente las cosas, a finales de 2015 se debería tener a los
ganadores. La duda es si habrá los postores suficientes que puedan apostar por
tamaña inversión, estamos hablando que los adjudicatarios tendrán que invertir
cerca de 2,400 millones de dólares.
Los cuellos de botella para que la aspiración sea realidad son
varios: Estudios de Impacto Ambientales compatibles con los acuerdos
internacionales, pues hasta que no haya una aprobación nacional y un
reconocimiento del inversor que actuará en concordancia a las exigencias
internacionales, no habrá cierre financiero. También deberá cumplirse con la
Consulta Previa, que por más que se diga que no son procesos vinculantes, la
oposición de grupos altisonantes se convierte en traba para que se puedan
desarrollar las construcciones. Otro tema es la seguridad, los llamados
sindicatos de construcción civil han convertido las obras en tierra de nadie.
Finalmente está el factor confianza, el actual gobierno es una administración de
salida, que se irá no solo confrontada con la oposición política sino también
sindicada en una serie de acusaciones. Esto devendrá en comisiones
investigadoras, que pueden traerse por los suelos cualquier
otorgamiento.