La versión política de un “reality” que bien se podría llamar
el “sueño del megaproyecto propio” acaba de vivir Ollanta Humala en su periplo
por Moscú y Beijing. Primero fue el anuncio de la Central Nuclear en Perú,
referido según los diarios locales por la agencia española EFE tomando las
declaraciones de un vocero del Kremlin; desmentido extrañamente siete días
después por el Canciller Gonzalo Gutiérrez, lo que hace pensar que desde el
sistema político-financiero occidental vino un ajuste de cuentas por un intento
de alineamiento con Rusia. Luego en la reunión con el Primer Ministro japonés
Shinzo Abe, en el contexto de la XXII Cumbre del foro Asia Pacífico, llevada a
cabo en la capital china, el comandante anunció las obras a llevarse a cabo en
nuestro país, en el contexto del “Plan maestro de infraestructura para la
alianza del Pacífico”. Entre ellas citó a la “planta química usando el gas de
Camisea”, indubitablemente se refería al trillado tema de la petroquímica del
etano, que se desarrollaría en la ciudad de Ilo.
La agenda que debe desarrollarse para que la petroquímica
del etileno y polietileno, elaborados en base al etano, sea una realidad, tiene
temas técnicos pero la decisión tendrá que tomarse en el terreno político.
En primer lugar deberá exigirse a las Empresas
Contratistas del Lote 88 que convoquen a un proceso de competencia para que una
empresa, de las varias que dicen estar interesadas, se asigne la cuota de etano,
el volumen alcanzará para una sola. Pero no solo eso, sino que los operadores
del Lote 88, deben decidir de una vez por todas hacer la inversión en la planta
de separación del etano. El proyecto se viene tratando desde hace siete años,
sin avance alguno.
La parte más difícil que le compete al gobierno será usar la
facultad que tiene de acuerdo al artículo 4 de la ley 29690, para que vía
Osinergmin, fije el precio de venta del energético, en caso la cotización
base del concurso sea anticompetitiva para el inversionista. Aquí habrá un
debate que pasará por una discusión constitucional, los opositores
apelarán a la libertad de contratar y el gobierno tendrá que invocar a
evitar el uso de posiciones dominantes. Así que si quieren que el emprendimiento
despegue empiecen a trabajar.