El insostenible crecimiento económico del humalismo
Por César Gutiérrez
Alonso Segura, titular de la cartera de Economía y Finanzas, ha
comenzado a enviarnos las señales de un sinceramiento estadístico, ha
manifestado que el crecimiento económico del año 2014 será cercano al 3%, es
decir que estará casi al 50% de lo prometido a inicios de año. En simultáneo el
Banco Central ya nos indicó que en agosto la cifra oficial de variación del PBI
será del orden del 1.19%, guarismo nada auspicioso, agregando que se
espera que en septiembre se pueda mejorar significativamente. Todo indica que
nos están preparando para una nueva corrección a la baja, dorar la píldora como
se dice en el habla coloquial, es la consigna.
La economía peruana, por más que se diga lo contrario, es
primario exportadora, la pauta del crecimiento la da la extracción de minerales
e hidrocarburos, según la estructura porcentual con base en el año 2007; este
sector participa con 14.36% del total. Es la fuente de generación de riqueza;
los otros sectores como: manufactura, electricidad, agua y gas, construcción,
comercio y mantenimiento; que suman 33.52%; generan gran parte de los ingresos
por la atención del rubro minero-energético, así que el derrotero del
crecimiento está signado por lo que se haga en esta área productiva. Sin embargo
es donde la gestión de gobierno no puede haberla hecho de peor manera.
La minería está en los mismos o menores valores de producción
respecto al año 2011, los hidrocarburos han seguido la tendencia declinante en
producción y reservas; con el agravante que hay problemas sociales donde el
“humalismo” ha mostrado ineficacia supina de solución, impidiendo se
identifiquen nuevas reservas o se desarrollen las existentes. Lo único claro es
que los recursos probados han ido cuesta abajo, lo más alarmante es que no hay
visos siquiera de plantear salidas.
Con este escenario, el crecimiento depende del destino, que
mejoren los precios, lo cual es un deseo antes que una realidad. No vemos que se
estén proponiendo medidas para revertir la situación. Hay un concepto errado en
el manejo político, la confrontación les ocupa demasiado tiempo, al final del
día lo que tenemos son ministros bomberos, se ocupan de apagar incendios propios
por las suspicacias que han generado o sectoriales