Preguntas electorales - Por MARIO SALDAÑA C. - DIARIO CORREO
MARTES DE LICENCIA
Preguntas electorales
¿Se ha puesto a pensar usted cuánto y cómo variarían
los resultados de la votación si es que en el Perú el voto fuera libre y no
obligatorio? ¿Ganaría igual Castañeda? ¿Cómo y por cuánto vencería a sus
opositores? ¿Todos los contendores habrían hecho el mismo tipo de campaña? ¿Qué
peso tendría el baile, el canto y cualquiera de los recursos para volverse un
"producto popular"? ¿Habrían más o menos debates? ¿Susana Villarán habría
recurrido a los actores de "Al Fondo hay Sitio" y a Melcochita'?
Ahora piense en las provincias y regiones. Si el voto fuera libre ¿ganaría
Santos en Cajamarca o Aduviri en Puno? ¿El "Mataperro" Ruiz Miró tendría opción
alguna de ser electo? ¿Waldo Ríos podría reemplazar a Alvarez en Áncash?
¿Tiene algún sentido que el JNE y el Congreso mantengan esa estupidez arcaica
de prohibir que se difundan encuestas durante la semana previa a la elección
con la justificación de evitar influir en el votante? ¿Por qué yo, que trabajo
en un par de medios de comunicación, voy a tener acceso informalmente a varias
encuestas incluso seguramente hasta el sábado 4 y usted, amigo lector y
votante, no? ¿Por qué la ley promueve esa discriminación? ¿El JNE y la ONPE se
la van a pasar con una lupa buscando en las redes sociales qué personas
difunden encuestas o si estas son reales, "truchas" o "bambas"?
¿Cuándo, por fin, el voto será electrónico en el Perú?
El señor Mariano Cucho, jefe de la ONPE, hace un buen tiempo me dijo que era
evidente la resistencia y el temor de los partidos a poner en marcha este
sistema y que, como muchas cosas en el país, la única manera de hacerlo es
progresivamente y de a poquitos para que la gente no se espante. Argumentos en
contrario al voto electrónico he encontrado varios, el principal, la
desconfianza en que se pueda adulterar o manejar de manera deliberada el
software para beneficiar tal o cual opción. Creo que los beneficios y las
garantías del voto electrónico son mucho mayores a sus riesgos y trae inmensas
ventajas respecto al sistema actual
Lo de la ley seca es otro arcaísmo absurdo. Aunque como bromeaba el otro día
Fernando Armas, está demostrado que los peruanos votando sanos escogemos
pésimo, si lo hiciéramos borrachos, por ahí nos va mejor. Al menos tendríamos
justificación para decir: "nos
equivocamos".