Peligrosa señal económica en el caso de AFP Habitat
Por César Gutiérrez
La inevitable derogatoria de la ley que pretendía reformar el
sistema privado de pensiones ha devenido en una señal que se ha dado al mundo:
inestabilidad jurídica en un compromiso de naturaleza económica.
El gobierno erró en este tema en tres aspectos: en la
formulación de la ley, subestimación de las fuerzas políticas del Congreso de la
República y obsecuencia para llevar a la congresista Ana María Solórzano a la
presidencia del Legislativo, a pesar de que era previsible que perdería la
mayoría parlamentaria.
Las motivaciones al formular la ley derogada eran legítimas, se
requerían dos cosas de manera inmediata: un sistema que llevase a disminuir las
comisiones que cobran las AFP e incluir a los independientes para que tengan un
fondo de jubilación. La falla estaba en que el descuento a aplicarse
significaba una merma de los ingresos de personas que ya están afectadas por un
impuesto a la renta que puede llegar al 30% de los ingresos brutos. Esta ha sido
la razón de fondo del reclamo que ha derivado en derogatoria. Había que crear un
mecanismo que al menos paliara la situación, pero la soberbia del hoy exministro
Castilla, hizo que se mirase erradamente por encima del hombro a los
afectados.
Luego del yerro reseñado y obnubilado por el poder, Castilla se
encargó que el proyecto de ley fuese impuesto en el Congreso con nocturnidad, lo
que ya dejó un sinsabor a los perdedores. Para cerrar su torpeza política, el
aludido nunca promovió campaña de difusión alguna, a pesar de que en una
evaluación estratégica era obvio que las AFP competidoras de Habitat, que se
había ganado en competencia el derecho de la afiliación privada de los
independientes, iban a desarrollar una guerra soterrada, pues se verían
obligados a disminuir comisiones.
Con estos antecedentes y siendo previsible que iba a ser un
tema que podría llevar al Congreso a por lo menos a una enmienda, Nadine Heredia
no tuvo mejor idea que perder la mayoría en los votos en este poder del Estado
para imponer a la presidenta que ella quería. Luego el tiempo se encargaría del
resto, la negociación por el voto de investidura de la Premier Jara
conllevó al gobierno a renegar de su propia ley, introduciendo una señal de
desconfianza internacional.