Preparar el consenso - Por MARIO SALDAÑA C. - DIARIO CORREO
MARTES DE LICENCIA
Preparar el consenso
Más de un analista, sustentado en la debilidad o
incapacidad intrínseca de este Gobierno para poner en marcha reformas
importantes en beneficio del país, sobre todo en temas cruciales como
inseguridad ciudadana y la reactivación del crecimiento económico -al menos- a
la velocidad de un año y medio atrás, ha señalado que lo único que queda es
esperar hasta el 28 de julio del 2016.
Discrepo. Esperar es cruzar los brazos y más nada. Si asumimos que la señora
Heredia (hoy la persona más poderosa del Perú junto a su esposo) no será
candidata presidencial en las siguientes elecciones, y que, eventualmente,
encabezará la lista parlamentaria del actual oficialismo y aliados, creo que la
presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, tiene al menos la posibilidad de
plantear el inicio de algunas reformas (como las indicadas arriba), a las que yo
agregaría la modificación del modelo descentralizador, algunos cambios urgentes
al sistema de representación política, reforzar lo planteado por el actual
ministro de Educación, arrancar lo previsto en materia de salud (por ejemplo, la
tercerización de dotación de infraestructura) y no dar marcha atrás en materia
de la ley Servir, puliendo o afinando lo que corresponda.
Reitero. Se trataría de un plan mínimo (un "Plan Jara")
de inicio de reformas que cuente con el aval y el soporte político de la
oposición para avanzar en la dirección correcta. El Perú ha perdido mucho
tiempo, y la labor de control político y fiscalización de parte de los
opositores no se debe detener. Pero algún sector del oficialismo y quienes en la
oposición piensen en el futuro del país y no solo en el suyo propio, deberían
intentar plasmar este plan mínimo para que una vez iniciado el nuevo gobierno
(al margen de las discrepancias lógicas y del debate propio de una campaña
presidencial), las líneas maestras de algunas políticas de Estado estén en
marcha.
Nadie dice que las políticas no se ajusten, se precisen o se mejoren, pero el
Perú no se puede seguir dando el lujo de perder tiempo y recursos en gobiernos
improvisados y cuyo elevado costo lo terminemos pagando entre
todos.