Orgullo y vergüenza - Por JUAN CARLOS VALDIVIA - DIARIO CORREO
COLUMNA BIZANTINA
Orgullo y vergüenza
Siento orgullo por la nueva hornada del PPC que actúa en
el municipio de Lima. Jorge Villena, Alfredo Lozada, Alberto Valenzuela (a los
que hay que sumar al no tan joven y no pepecista Jaime Salinas) se enfrentan
todas las semanas a una mayoría sumisa a la voluntad de la señora Villarán.
Trabajan con seriedad, investigan y denuncian, aunque saben que serán
boicoteados por una mayoría genuflexa que no busca la transparencia sino impedir
cualquier investigación. Son jóvenes que han demostrado por qué y para qué se
entra a la política.
Lamentablemente no puedo decir lo mismo de la bancada parlamentaria del PPC.
Conozco a algunos hace largos años, y no deja de sorprenderme su sometimiento al
poder. Su aval a un gobierno que es dirigido por la esposa del presidente, su
permanente concupiscencia con el poder.
Hace unos meses permitieron el voto de investidura al gabinete de René
Cornejo, porque le creyeron que la señora Heredia no iba a entrometerse en las
decisiones gubernamentales. La misma señora Heredia se preocupó en hacerles
saber que eso no sería así.
Tanto es el poder de la señora Heredia que puso en la
presidencia del Congreso a quien quiso y luego, con la amable anuencia del PPC,
ha puesto en la presidencia del Consejo de Ministros a quien considera que
corresponde. Incluso a ministros con serios cuestionamientos.
El voto de investidura es para impedir que sean ministros gente que no tiene
las credenciales para serlo. Es para no dejarlos entrar. La tesis del PPC es que
hay que dejar entrar impresentables, para luego sacarlos con la censura. ¡Qué
vergüenza!