Mucha plata estancada - Por MARIO SALDAÑA C. - DIARIO CORREO
MARTES DE LICENCIA
Mucha
plata estancada
Apropósito del debate sobre la reactivación económica,
en su columna de Correo del último domingo, Gonzalo Prialé, presidente de AFIN,
brinda un par de datos sumamente relevantes y a los que poca atención se les
brinda.
De un lado, que en lo que va de este Gobierno, se ha logrado generar más de
19 mil millones de dólares de inversión privada a través de los diferentes
mecanismos actualmente existentes (Concesiones, Asociaciones Público-Privadas,
etc.). Monto, desde ya, superior a lo obtenido durante el segundo gobierno de
García y por cierto bastante más que en el quinquenio de Toledo: ¡Aplausos de la
tribuna!
La mala noticia es que de todo el stock de inversiones comprometidas (es
decir, contratos ya suscritos entre privados y el Estado) entre el período 2010
y 2013 (o sea, el último año y medio de García y los primeros dos años y medio
de Humala, para no meter lo anunciado este primer semestre del 2014) no se ha
hecho aún ninguna obra en el 43% de los casos. O sea casi la mitad del
stock.
Consultados los empresarios, el motivo principal es la maraña de permisos,
autorizaciones en todos los niveles, interpretaciones múltiples de los
contratos, arbitrajes, etc. Burocracia y trámites.
Con lo cual, así como un eje central del paquete
reactivador del Gobierno es brindar estímulos y la suficiente confianza para la
gran inversión, mientras estas enormes trabas para la fase "post adjudicación de
obras y concursos" no estén debidamente identificadas y eliminadas, nos vamos a
seguir llenando la boca de millones a futuro por venir, pero que pueden tardar
en ejecutarse (es decir, en dinamizar la economía, generar empleo, contribuir en
ingresos al Fisco. Etc.), lo que nos puede tomar en clasificar a un próximo
mundial de fútbol.
Ergo, en su discurso del 28, el Presidente debe poner tanta o más atención a
los estímulos fiscales para el gasto y la promoción de la inversión, como a los
millones de dólares por ejecutarse en todo el territorio que siguen en cola
interminable antes de convertirse, de verdad y no solo para la foto, en primeras
piedras.