La Contraloría quiere tumbarse al auditor que destapó el escándalo de la Caja
Metropolitana, el mayor acto de corrupción de la gestión de Susana Villarán
hasta ahora conocido. El 27 de junio pasado, la gerenta del Departamento de
Personal de la Contralaría, Carla Gutiérrez, le envió una carta a Julio
Sifuentes Reyes, el auditor, imputándole “faltas graves de naturaleza laboral”
por haber exigido al contralos Fuad Khoury –vía correo electrónico- una
investigación imparcial del caso y por haberse presentado ante la Comisión de
Fiscalización del Congreso sin la autorización de la institución, a pesar de que
Julio Sifuentes Reyes es el jefe del Órgano de Control Institucional (OCI) de la
Caja Metropolitana.
La funcionaria Gutiérrez considera como “faltamiento (palabra inexistente en
el diccionario) de respeto e injuria grave” el correo electrónico que Sifuentes
envió a Khoury el 3 de mayo pasado, antes de que estallase el escándalo en los
medios. El email al que Gutiérrez hace referencia y al que este semanario tuvo
acceso dice así: “Creo que la única forma es que te sumes y apoyes el informe
del caso Fraude y regreses a tu gente al lugar de origen. ¿Cómo quedaría la
Contraloría ante la opinión pública si se entera que un funcionario que lucha
realmente contra la corrupción está en una institución que apoya a los corruptos
y busca la sinrazón para sancionarlo, además por hechos infames?”, escribió el
auditor Fuad Khoury. Es decir, realmente al contralor luchar contra la
corrupción le puede costar su puesto a un funcionario.
Además, en el correo Sifuentes Reyes se queja de que Haward Chang, gerente de
la oficina Regional de Lima (funcionario de rango superior), lo visitara en su
oficina para revisar su trabajo. “Hoy he recibido la visita de Howard Chang,
dizque para revisar cómo está la situación administrativa de la OCI. No nos
engañemos, es para buscar un “quítame esta paja” o sancionarme y despedirme,
como siempre han actuado “Los dinosaurios de la CGR” La pita se rompe por el
lado más delgado. Imagino que eso están buscando. ¿Tú crees que se
impediría que se conozca “el tesoro” al que se refiere el auditor es el informe
de auditoría de la Caja Metropolitana en el que están involucrados varios
funcionarios de confianza de Villarán y algunos excompañeros de trabajo del
propio contralor.
El 6 de mayo pasado Sifuentes le envió otro correo a Khoury. En esta
oportunidad, el auditor le advertía: “Se ha detectado un gran fraude de la Alta
Dirección de la Caja (exfuncionarios del Banco Interbank y terceros
(exfuncionarios del Banco Interbank) por aproximadamente 20 millones en
perjuicio de la Caja. Estos funcionarios también coincidieron contigo en el
Interbank”. Líneas abajo añadió: “Fuad, después de que veas la profundidad y
extensión del fraude perpetrado te darás cuenta que no hay forma sino de apoyar
la denuncia penal en contra de estos delincuentes de “cuello y corbata”, como
los has definido, y que “son unos desgraciados”. Lo has dicho en tus comentarios
en la TV, en los últimos tiempos, por lo que es la gran oportunidad de decidir
de qué lado están tú y tu equipo. Para taparles la boca a quienes, como Mesías
Guevara (congresista de Acción Popular), dice que te van a denunciar
constitucionalmente por no hacer nada en el caso Áncash.”
La comunicación termina con un desafío para el escurridizo Khoury. “Espero
que mediten bien vuestras acciones a seguir. Lo que sí sé es que desde este caso
tendrá que darse un gran cambio en el Sistema Nacional de Control”. El contralor
lo que hizo fue coger los correos y entregarlos a Asuntos Internos para que
sancionen al insubordinado.
La gerenta del Departamento de Personal de Contraloría, Carla Gutiérrez
Ramírez, se tomó como una afrenta personal el correo y así lo hizo saber a Julio
Sifuentes. “Resulta tendencioso y de notoria mala fe insinuar que por esta
circunstancia funcional (que Khoury fuera compañero de los involucrados) del
señor contralor no contaría con la independencia, autonomía y funcionalidad
requerida, por lo que dicho comentario resulta tendencioso e injuriante llegando
al extremo de faltarle el respeto a su superior jerárquico”, dice la
indignadísima señorita Gutiérrez a Sifuentes. Recordemos el contralor trabajó en
Interbank con dos de los implicados en la denuncia: José Miguel Castro, el
gerente general de la Municipalidad de Lima y presidente del directorio de la
Caja Metropolitana, y el empresario chileno Andrés Muñoz Ramírez, beneficiado
con un préstamo de US$ 1.1 millones.
El colmo del atrevimiento de Julio Sifuentes llegó el 27 de junio pasado,
cuando se atrevió a ir al Congreso a explicar qué contenía el informe de
auditoría que había realizado. El auditor, palabras más, palabras menos, retrató
el descarado apoyo que Villarán recibe de Khoury. “Nosotros, siendo parte del
equipo de la Contraloría, no hemos recibido respaldo hasta hoy día (del
contralor) ni nos ha recibido en sus oficinas. El señor contralor ha recibido a
la alcaldesa y al presidente del directorio de la Caja Metropolitana. Sin
embargo, a mi persona y a mi equipo no nos ha recibido”, se quejó Sifuentes en
el Congreso. La sesión era retransmitida en vivo y en directo por el canal del
Parlamento.
Sifuentes Reyes remató su alocución con una frase lapidaria: “Los informes
duermen el sueño de los justos, a partir de denuncias insignificantes donde
acumulan cantidades de costos, sin ningún beneficio para el país”.
Esta puesta en escena sacó de sus casillas a la funcionaria Carla Gutiérrez.
“Usted ha formulado declaraciones que han comprometido la imagen de la
Contraloría General de la República, incumpliendo sus deberes de funcionario
adscrito al ámbito del Sistema Nacional de Control, revelando información
reservada y, lo que es más grave, emitiendo opiniones contrarias a la imagen y
buen nombre institucional de la entidad”, redactó Gutiérrez en el informe. Y
añadió: “Usted ha emitido declaraciones en un foro y ante un medio televisivo de
difusión pública contraviniendo normas expresas contenidas en nuestra normativa
interna, según las cuales todo funcionario de la Contraloría requiere
autorización expresa de su superior jerárquico para declarar”. La carta de la
gerenta del Departamento de Personal culmina pidiéndole los descargos a Julio
Sifuentes Reyes en un plazo de seis días. Este semanario trató de ubicar al
auditor pero no fue posible. A través de allegados comunicó que no podía
declarar por la naturaleza reservada de la investigación administrativa. En todo
caso, por fuentes cercanas a la Contraloría se supo que Sifuentes argumentó que
el correo enviado a Khoury es de índoles personal por “tratarse de un amigo de
más de 34 años” y que, por lo tanto, la comunicación es inviolable y amparada
por la Constitución. Y dijo que acudió al Congreso atendiendo una citación del
propio presidente de la Comisión de Fiscalización, Vicente Zevallos. Alonso
Ramos para Hildebrandt en sus trece.