El Salvador atribuye las masacres contra las maras a las luchas entre pandillas
En varios lugares de El Salvador, sobre todo en ciudades de la
zona central, como Zacatecoluca o Cojutepeque, aparecieron recientemente
volantes con mensajes firmados, supuestamente, por La Sombra Negra, en los que
se decía: “Mareros, la hora les va a llegar…”. Estos mismos avisos o similares
en sus amenazas fueron escritos en paredes con pintura negra de spray, misma que
se usa para grafitis. Luego, en menos de 48 horas, entre lunes y martes, se
cometieron dos masacres contra miembros de las maras, como se les conoce a las
bandas criminales en este país centroamericano. La reacción inmediata de la
prensa y de analistas políticos fue la de plantearse la posible existencia de
los llamados grupos de exterminio social contra los pandilleros.
Una oficial de policía camina en un barrio controlado
por la mara en mayo. / S. MELÉNDEZ (AP)
“No podemos especular, tenemos que basarnos en información
concreta de las investigaciones y de la inteligencia policial, pero lo que sí
podemos confirmar es que ya tenemos evidencia de que algunas de estas acciones
en las que mueren dos o más personas, supuestamente pandilleros, son cometidas
por los mismos pandilleros vestidos con uniformes parecidos a los de la
policía”, explicó el comisionado Howard Augusto Cotto, subdirector general de la
Policía Nacional Civil (PNC).
“No descartamos ninguna línea de investigación… Pero lo que
hemos encontrado no nos dice que estén actuando estos grupos de exterminio”,
recalcó Cotto, algo que también ha dicho el ministro de Seguridad y Justicia,
Benito Lara. Aunque lo cierto es que hace más de una década en el oriente de El
Salvador, en la ciudad de San Miguel, actuó un grupo de exterminio contra
pandillas que se llamó La Sombra Negra y que estaba integrado por agentes
policiales al servicio de empresarios que eran extorsionados por los
delincuentes.
En la masacre ocurrida el lunes en la madrugada, en el
municipio de Santa María Ostuma, en el departamento de La Paz, fueron
ametrallados cuatro pandilleros, tres hombres y una mujer, entre ellos Gerardo
Giménez, alias El Suicida, a quien la policía identificó como uno de los jefes o
palabrero de la pandilla Barrio 18, en la zona central de El Salvador.
Testimonios brindados a la policía indicaron que un grupo fuertemente armado y
vestido con ropas oscuras, semejantes a las que usa la policía, llegaron al
lugar, entraron en la casa donde estaban los presuntos pandilleros y los
acribillaron a balazos.
La última masacre ocurrió el martes en el municipio de
Jucuarán, departamento oriental de Usulután, donde aparecieron tres jóvenes
presuntamente pandilleros de la Mara Salvatrucha asesinados a tiros. Las
víctimas fueron sacadas al patio de la vivienda para ser ejecutadas con armas de
fuego. Esta fue la masacre número 26 que registra la policía y la fiscalía.
El subdirector de la PNC aclaró que sería apresurado aceptar o
descartar la existencia de grupos de exterminio, como los hubo en el pasado,
pero “sí hemos encontrado uno o dos casos en el que hubo agentes involucrados en
homicidios de una pandilla contra otra. En ese momento fueron detectados,
capturados, procesados penalmente y encarcelados”.
El comisionado Cotto aseguró en investigaciones realizadas de
homicidios múltiples, han hallado vestimenta oscura a algunos capturados. “Como
digo, se trata de uniformes hechizos, que es como se dice en El Salvador a cosas
falsas. En pocos casos hemos encontrado uniformes verdaderos de la policía que
habían sido reportados como robados”. Según las investigaciones policiales los
hallazgos de uniformes falsos ocurrieron tras capturas de pandilleros en mayo
pasado, luego de masacres que tuvieron lugar en Tacuba y en Cojutepeque.
La guerra interminable de las maras
Por otra parte, el director general de la PNC, Mauricio Ramírez
Landaverde, afirmó que durante el primer semestre de 2014 los grupos criminales
(en especial las maras) cometieron 120 ataques directos a la policía, en los que
murieron seis agentes. El saldo para las pandillas fue de 40 fallecidos, 60
heridos y más de 100 capturados.
También se han dado casos como asesinatos de policías en
períodos de vacaciones o licencias, como sucedió con el agente investigador Ever
Castro Salamanca, de 39 años de edad y con 18 años de servicios en la PNC. Fue
asesinado cuando se dirigía a su trabajo, emboscado por un grupo armado que
portaba fusiles M-16, de uso exclusivo del ejército.
Por su parte, el Instituto de Medicina Legal (IML) de El
Salvador informó que entre el 1 de enero y el 30 de junio último se cometieron
1.847 homicidios, 785 más que en el mismo período de 2013. El director del
instituto, Miguel Fortín, detalló que solo en junio hubo 367 homicidios, para un
promedio de delitos de 12,6 por día. Esta misma instancia registró en junio de
2013 un promedio diario de 7,4 asesinatos. La mayoría de los crímenes son
cometidos por pandilleros y con armas de fuego.