La izquierda en el poder por: Juan Carlos Valdivia
BIZANCIO
Por: Juan Carlos Valdivia
@columnabizancio
La izquierda en el poder
Por qué está fracasando Susana Villarán
El nuevo año llega con inusitada fuerza política gracias a la
revocatoria que busca retirar a Susana Villarán de la alcaldía de Lima, quien
parece destinada a perder este proceso por la serie de desatinos y hasta la
falta de fortuna que muestra en su gestión municipal. La señora Villarán,
al asumir el cargo, no ponderó apropiadamente lo que significaba su arribo al
sillón de Nicolás de Rivera el Viejo: era la segunda vez que la izquierda
llegaba al Municipio de Lima y debía mostrar una gestión eficaz y moderna.
Al no contar con cuadros con experiencia se dejó llevar por el estilo "oenegero"
de sus colaboradores, gastando en estudios y buscando marcar su administración
con pequeños emprendimientos culturosos que sus amigos izquierdistas le
acercaban como interesantes proyectos. Pero a falta de una propuesta
moderna se refugió en la llamada lucha anticorrupción, enfrentándose a Luis
Castañeda Lossio, cuyos niveles de aprobación en la capital siguen altos,
incluso hoy en día.
Lamentablemente la falta de cuadros técnicos de nivel la hizo
recurrir a lo que tenía a mano. Por ejemplo aconsejada por Gustavo Guerra
García (que se hizo famoso en el gobierno de Alejandro Toledo por oponerse a la
más grande obra de ese período: la carretera Interoceánica) detuvo hoy el
cuestionado Línea Amarilla (rebautizado como Vía Parque Rimac) y promovió
que los vecinos que apoyaban ese proyecto se opusieran al mismo. Al darse
cuenta de que no podía evitar que este siguiera adelante, entonces negoció un
par de parques más por una extensión de la concesión. Todo esto le tomó
cerca de una año.
Pero este es solo un ejemplo, igual sucedió con el
Metropolitano, que demoró en poner en funcionamiento porque ella quería dejar su
huella. O el famoso túnel que conecta San Juan de Lurigancho con el
Cercado, que ha detenido por "razones técnicas" y del que no ha podido lograr
que se reinicien las obras. Como escolar que no ha estudiado durante el
año y que, desesperado, trata de aprender todas las materias en una semana, la
señora Villarán ha comenzado a desplegar una frenética agenda que pretende
reflejar que es eficiente. Lamentablemente, hechos que ella pudo
controlar, -como el cierre de la Costa Verde- o donde la fortuna le juegue una
mal pasada- como los sucedidos en el Rimac la semana pasada- hacen de que las
posibilidades que supere la revocatoria sean cada vez escasas.
¿Qué podemos rescatar de esta gestión de la izquierda en la
Municipalidad de Lima? Supuestamente debió mostrar nuevos cuadros, pero de lo
visto hasta el momento solo Marisa Glave parece tener madera política para el
futuro. Es articulada, atrevida y apasionada para defender su
posición. Por los demás, de renovación, nada. Tanto que han tenido
que recurrir a viejas figuras como Javier Diez Canseco o Mario Huamán de la CGTP
para organizar su defensa. Ahora bien, si logra superar la revocatoria
tendrá una segunda oportunidad que no debe desperdiciar. Hacer un gobierno
menos sectario, más convocante, alejando a quienes no la han acompañado
bien. Buscando demostrar que una admnistración de izquierda moderna no
significa gestionar una ONG grande. Quizá el legado más importante
-incluso contra la voluntad de la señora Villarán- sea que su gestión ha
permitido descubrir una nueva generación de dirigentes pepecistas que, sin duda,
ayudarán a renovar el viejo partido socialcristiano. Es decir, como
siempre, la izquierda ha fortalecido a la oposición aunque esta vez sea de
derecha.
Como se ha visto, la izquierda tiene mala fortuna cuando son
elegidos. O los desembarcan -a lo Humala, por citar un ejemplo reciente- o
hacen todo lo posible por ser revocados. Su falta de experiencia en la
gestión pública los ubica como ineficientes y conflictivos. Es lo que uno
puede recordar de su paso por el actual gobierno y también en el de
la señora Villarán. Quizá lo que la izquierda necesite sean nuevas
generaciones que reemplacen a los viejos dinosaurios. Como decía el
viejo González Prada "Los viejos a la tumba".