Hace
un año, el gobierno trataba de resolver el tema de Conga, el cual se había
convertido en el principal punto de agenda del Ejecutivo. Esto trajo consigo el
cambio del gabinete ministerial, que encabezado por Salomón Lerner fue socavado
por los propios aliados, que no entendieron los cambios que se habían producido
en Ollanta Humala una vez que asumió la Presidencia.
La
Presidencia del Consejo de Ministros fue asumida por Óscar Valdez, y mantuvieron
el tema de Conga como un asunto principal en su agenda. Buscaron una salida
técnica, acompañada de firmeza del Estado. Sin embargo, no contaron con que
aquellos que fueron retirados del gobierno -los izquierdistas que acompañaban a
Salomón Lerner- iban a generarle mayores problemas a Valdez, a quien vieron como
el responsable de su salida, y contra quien comenzaron un trabajo de
desprestigio, del cual el entonces premier no supo defenderse oportunamente.
Finalmente Conga, como era previsible por todo el país, menos por los
funcionarios del Ministerio de Energía y Minas, tuvo que dejarse en una
situación de suspenso.
A
mediados de año se producen dos cambios, en el Ejecutivo el reemplazo de Valdez
por el entonces ministro de Justicia, Juan Jiménez Mayor. Y en el Congreso asume
la presidencia Víctor Isla, reemplazando al iracundo Daniel Abugattás, que
termina distanciado del centro del poder. Estos dos personajes, Jiménez e Isla,
resultan buenos articulados en sus respectivas áreas, pero carecen de una
presencia política que los convierta en líderes. De esta manera se consolida la
apreciación pública respecto a la omnipresencia de la señora Nadine Heredia en
la toma de decisiones, en el Ejecutivo, pero también en el Legislativo. Los
presidentes de ambos poderes del Estado son oscuros pero funcionales al nuevo
estilo de gobernar impuesto por la llamada "pareja presidencial".
El año termina con el gobierno habiendo sobrellevado con éxito
la amenaza que sobre nuestra economía significaba la crisis internacional,
habiendo enfrentado y resuelto la mayoría de reclamos salariales de los últimos
meses. Mientras la economía siga sólida y con un crecimiento sostenido, el país
verá poco la política (institucionalidad, partidos, relación gobierno-oposición)
y seguirá preocupado en que el crecimiento le llegue a todos. Las expectativas
para el próximo año son positivas, así que la política tendrá que esperar. ¡Un
feliz 2013 para todos!