La pasada semana, el mismo día en que la prensa informaba
sobre los penosos sucesos en Piura, donde morían cinco personas y más de doce
eran heridas en una refriega municipal con comerciantes informales, en Lima,
Alex Kouri sorprendió a los medios y a la opinión pública con lo que pretendió
ser una divertida mataperrada. En alguna oportunidad y videíto mediante, Lourdes
Flores habría ponderado positivamente algunos programas sociales de
la Región
Callao, a cargo de Kouri.Eso bastó para convertir a su principal rival para la alcaldía de Lima en
su “mejor vocero”.
Ni muchas risas ni muchos aplausos quizás porque, además
de inoportuna por los muertos y heridos en Piura, esa palomillada no podía
competir en realidad con la gran chacota del que, a postre, se ha convertido sí
en el principal y visible vocero de la candidatura de Alex Kouri: Carlos Raffo.
¡Kouri no es montesinista!, ha dicho para Perú 21, contradiciendo la principal
acusación que ha hecho sobre Kouri la candidata Flores Nano. ¡Es falso que ella
haya renunciado al directorio de Peruvian Airlines!, la controvertida línea
aérea de Cataño. ¡En Registros Públicos no hay nada! ¡Lourdes ha mentido! Y,
finalmente: “El fujimorismo inclinará la balanza para decidir quién gana las
próximas elecciones municipales”, confirmando la virtual alianza KK
(Keiko–Kouri).
Raffo, que para todos los efectos ha asumido las
funciones políticas que tenía Montesinos para con Fujimori, ha embarcado a su
hija Keiko y a todo el fujimorismo en una nave peligrosa. Peligrosa en tanto el
principal punto débil de la candidatura de Alex Kouri es su cercana relación
política, registrada y exhibida en la salita el SIN, con las tácticas,
estrategias y visión de la política de Vladimiro Montesinos. Es precisamente
porque Kouri no se sentaba sólo a conversar con Montesinos, independientemente
de que se haya arrepentido o no, que sus rivales se lo enrostrarán hasta el fin
de sus días, máxime en una campaña electoral.
Mientras, el fujimorismo estuvo durante los últimos diez
años tratando de hacer una clara división con el montesinismo. ¿Por qué entonces
después de tanto esfuerzo comprarse ese pasivo encarnado políticamente en la
candidatura de Alex Kouri, que no pertenece a sus filas? De haberse hecho los
suecos, el fujimorismo hubiera podido capitalizar una eventual victoria de Kouri
sin riesgo alguno, pues comparten espacios políticos; y zafarse de una probable
derrota alegando que no era su candidato. Raffo, sin embargo, ha preferido
empujar a Keiko a una campaña prematura y desgastante, más de un año adelantada,
obligándola a cargar, ya innegablemente, con el pesado fardo del montesinismo.
Porque no nos engañemos. Será el montesinismo el eje de
esta campaña municipal. Que Alex Kouri haya intentado ridiculizar políticamente
a su rival con un video mañoso así lo demuestra, dado que no hay otra agenda
política hoy que la acusación de montesinista. Kouri ha entrado a esa cancha.
Keiko también. No parece ser su mejor juego.