El día en que Frank
Sinatra se enteró de que los Kennedy lo habían expectorado sin miramientos de
sus vidas, ni bien comenzada la presidencia de JFK, sufrió un ataque de ira.
Sinatra había sido uno de los pilares de la campaña presidencial de 1960 para
movilizar el voto del star system, pero, más importante aún, había conseguido el
apoyo de la mafia para el joven candidato.
La ira pues se convirtió
rápidamente en pánico, porque, mirando bien las cosas, la mafia había sido
estafada. Y él, la “Voz”, era el culpable. Sin embargo, Sam Giancana, el
'padrino de Chicago’, le perdonó. Le gustaba escuchar a Sinatra mientras hacía
el amor a su amante Phyllis McGuire: “¿Dios!, ¿Cómo puedo silenciar esta voz? Es
el sonido más hermoso de este mundo, Frank tiene suerte de tenerla. Le salvó la
vida”.
Digo esto porque, sin duda, de haber conocido la historia, el
joven alcalde de San Miguel, Salvador Heresi, en vez de deshacerse en palabras
confusas explicando cómo ha comprado tanto con tan poco, mejor hubiera cantado.
Porque Salvador tiene, para quienes lo han escuchado, una voz de oro.
No es por nada que su mejor intervención en medio del escándalo de
desbalance patrimonial que lo ensombrece fue en el programa radial Las
Entrometidas, de CPN, donde no solo cantó y encantó a las anfitrionas Patricia
Salinas y Maritza Espinosa, sino a todos los oyentes. Después de eso, quién se
acordaba ya de los departamentos, la casa de playa, la finca ruinosa y la
camioneta que el alcalde había adquirido rascando la olla. Porque, quién le
aconsejó el disparate de salir a hablar. Señor mío, cuando no se tienen claras
las cosas, NO SE HABLA, ese es el ABC de la política, y menos con una acusación
por robo. Tampoco se concede entrevistas que no sean en vivo. Los reportajes,
sépalo usted de una buena vez, NUNCA SON OBJETIVOS. Y menos cuando acusan.
Buscarán su peor cara para amplificarla mil veces y justificar los quince
minutos en el aire.
Así que, querido alcalde, para la próxima, si quiere
decir algo, hágalo cantando. Si le preguntan de dónde sacó la plata para el
departamento, entone: A sacar camote con el pie/ eso, toma, toma, saca, saca.
Si le inquieren por quiénes le prestaron la plata, tararee: Es un buen tipo
mi viejo/ viejo, mi querido viejo. Si le insisten si hubo alguien más, ensaye:
When I find myself in times of trouble, mother Mary comes to me/ speakimg words
of wisdom, let it be.
Si lo encaran por el papel de su hermano, susurre:
Tú eres mi hermano del alma, realmente mi amigo/ que en todo camino y jornada
está siempre conmigo. Finalmente, si le espetan el cambio de favores con la
Municipalidad del Callao, pues grite: ¡Vamos Boys…!/ quiero ver/ otro gol/ en tu
score/ y sentir/ el rugir/ del viril ¡Chim Pum Callao…! Después de esto,
¿quién se atrevería a matar a un ruiseñor?