Mejores
condiciones macro y el boom crediticio llevan a la banca a resultados récord.
Felipe Abarca Z.
Si no fuera
porque los bancos tienen una contabilidad diferente a la de otras compañías, no
sería difícil confundirlos con empresas productoras de commodities. Al igual que
estas últimas –sin duda las estrellas latinoamericanas de 2005–, las
instituciones bancarias latinoamericanas muestran resultados increíbles. Hasta
junio pasado, los 250 mayores bancos de América Latina no sólo mostraron
aumentos del orden de un 30% en sus activos, depósitos y cartera de créditos,
sino que incrementaron sus utilidades en un ¡69%! Fíjese: de US$ 6.004 millones
en ganancias en 2004, pasaron a nada menos que US$ 10.163 millones en
2005.
El negocio
bancario está en alza. Y qué mejor que los 25 mejores bancos de la región para
ilustrar este punto. Para ser evaluadas, estas instituciones son sometidas a una
serie de pruebas financieras en las que no sólo se valora la rentabilidad.
También se les evalúa con fundamentos financieros acorde con el riesgo país y el
mérito de una administración eficiente (ver metodología en página 50). De
acuerdo con esto, el rey de este año es el Santander Santiago, de Chile.
Presidido por Mauricio Larraín (en la foto), no sólo es uno de los más rentables
y eficientes de la región. También ha sabido salir airoso de su proceso de
fusión, que lo ha llevado a ser el mayor de Chile por activos.
Mientras los
bancos chilenos representan casi un tercio de los 25 bancos mejor gestionados de
la región, el mercado más rentable para los bancos en América Latina es sin duda
Brasil. De los 10 bancos de la región que obtuvieron más utilidades a junio de
2005, siete son de Brasil. El monumental Banco Bradesco –el segundo más grande
de los 250 Mayores– obtuvo la asombrosa cifra de US$ 1.115,4 millones de
utilidad, la más alta de todos sus pares latinoamericanos. Las condiciones que
permiten este fuerte proceso de expansión son conocidas: la fortaleza de las
monedas latinoamericanas –sostenida sobre la debilidad del dólar y la fuerte
demanda china–, la consolidación de una serie de reformas financieras que dan
mayor estabilidad a los sistemas y un boom del crédito, relativo según el
país.
El éxito de
los bancos latinoamericanos dependerá de cuánto se pueda seguir expandiendo la
demanda por productos bancarios en América Latina, aquello que la industria
conoce por bancarización. Lo interesante es que por primera vez los bancos están
comenzando a pensar seriamente en llegar lo más rápido posible a los segmentos
de más bajos ingresos, donde ya hay otros competidores no bancarios
"instalados". Esto augura una fuerte competencia por ofrecer a este segmento los
mejores servicios a los precios más convenientes. Parte de esta dinámica ya se
refleja en la presencia de instituciones como el mexicano Banco Azteca, de Grupo
Elektra, que está entre los de más rápido crecimiento en colocaciones en la
región. Se mantiene en el Ranking de los 25 Mejores, aunque ante su rápido
crecimiento sus espectaculares índices de rentabilidad han ido a la baja, al
igual que su posición en el ranking: del puesto 16 al 21.
¿Cómo les
seguirá yendo a los bancos? El resultado estará determinado en gran medida por
las condiciones y el entorno económico que se enfrenten en los diversos países
latinoamericanos. Sin embargo, ya se pueden anticipar algunas pistas. Banefe –la
división de créditos a sectores medios y medios-bajos del Santander Santiago– es
una de las mejores y más premiadas de Chile, tanto en cobertura como en calidad
de servicio. Atender a este segmento puede ser el más consistente de los actos
de solidaridad, además de un mejor negocio. (AméricaEconomía)