El Fondo Editorial de
la Universidad
Católica editó el año pasado, bajo el cuidado de Claudia Rosas,
“El Miedo en el Perú, Siglos XVI al XX” que con el aporte de diversos
investigadores revisa el papel que han jugado los temores en nuestra sociedad a
través de la historia.
Desde los piratas hasta el
APRA, o de la excomunión a la revolución, se pasa revista a paranoias comunes a
los habitantes de estas tierras en determinados momentos de nuestro pasado. El
historiador Fernando Rosas nos introduce a estos ensayos, mezcla de historia y
psicología, dando algunas pautas metodológicas, concluyendo que “las
manifestaciones concretas de miedo están íntimamente ligadas a la subversión del
orden, de la armonía o del equilibrio en diferentes
planos”.
Es este miedo a que se
trastorne la armonía, el que explica muchas acciones en nuestro pasado y quizás
en nuestro presente. Por ejemplo, el miedo al montesinismo produjo la defensa de
Alejandro
Toledo que algunos hicieron, a pesar de conocer sus debilidades
personales.
O el miedo a perder el camino
en el ordenamiento de nuestra economía y su crecimiento continuo, el que hizo
que muchos defendieran a Fujimori, o más recientemente, el miedo al estatismo
representado por Ollanta Humala el que permitió que Alan García se hiciera de la
presidencia.
¿Qué explica esta casi total
autocensura de varios días respecto al nuevo hijo puesto al descubierto a Alan
García?
El hecho no era desconocido y
detalles mayores se resguardaron durante la campaña electoral (Se ocultan aún
hoy) ¿El respeto a la vida privada? A los candidatos se les espulga hasta donde
es posible, por aquello que al norte de América se denomina
“carácter”.
La vida privada de los
políticos nos muestra lo que puede ser su gestión pública. Si los miedos no
hubieran gobernado a los peruanos, Alejandro Toledo no hubiera sido
presidente.
Entonces volvamos a preguntar
¿Por qué la autocensura, si hasta el mismo García ha aceptado que el presidente
no tiene vida privada?
Quizás sea nuevamente el
miedo. El miedo al APRA y su pasado de violencia y búfalos (que puede estar
guardado en el subconsciente nacional). O el miedo a entrar en un proceso de
desorden que nos haga perder lo avanzado en el crecimiento económico y la
posibilidad de un futuro.
El país necesitaba una
explicación. Y el presidente García ha dado una.
El Perú se encuentra en una
situación inmejorable para asegurar su futuro. Pero ello no debe ser excusa,
para que cada quien cumpla con su deber. No nos resguardemos en las viejas
razones del Oídor.