Riesgos de la relación bilateral con Chile por: Alan Fairlie Reinoso
El Perú se ha convertido en activo promotor de dos de las iniciativas >
que el país del sur buscaba concretar en los últimos años: el retorno a >
la CAN, y un TLC con el Perú (llamado “acuerdo de complementación >
económica perfeccionado” para que no pase por el
Congreso). > > El retorno de Chile a la
CAN > Se afirma que servirá para fortalecer el bloque
regional, la capacidad > negociadora con la Unión Europea, y la proyección
al Asia Pacífico. Lo > que en realidad ocurrirá es una consolidación de un
eje libremercadista, > pro TLC con EEUU, que más temprano que tarde
generará una colisión con el > actual gobierno de Bolivia. También, -sin
querer o queriendo- se aísla a > Venezuela y se le cierra el paso para
volver como país asociado (por lo > menos en el corto plazo). Esto,
contará con el aplauso de los EEUU. > Parecía razonable primero superar la
crisis andina para luego pensar en > la incorporación de cualquier otro
miembro. > > Chile ya tiene un TLC y un acuerdo de
última generación con la Unión > Europea, por lo que no necesita a la CAN,
y esta tampoco podrá incluirla > activamente en las negociaciones. Chile
defiende su interés nacional y la > proyección que busca desde la CAN, no
le hará la tarea al resto de > andinos (como parecen sugerir algunas
autoridades nacionales). > > Perú era el único país
andino miembro de APEC, y hay una moratoria > hasta el 2008, cuando la
Cumbre de ese foro se realizará en nuestro país. > Naturalmente podríamos
haber jugado un rol de bisagra con el Asia y la > proyección hacia esa
región, desde la profundización de la alianza > estratégica con el Brasil.
Somos competidores con Chile en el Pacífico > Sur, por lo cual los niveles
de cooperación o complementariedad no tienen > un espacio muy grande.
Parece más conveniente a los intereses del Perú > fortalecer el foro APEC,
y no crear otros nuevos de países del Pacífico > con Centro América, donde
se diluye nuestra presencia e influencia. Este > es otro guiño para los
EEUU ya que se busca agrupar los países pro-ALCA > de la última Cumbre
fracasada en Argentina.
> El TLC con Chile > Aquí los únicos que han
argumentado su conveniencia son las autoridades > chilenas. Ni el gobierno
anterior ni el actual le han presentado al país > cuales serían las
ventajas de un TLC. Ya tenemos casi el 90% del comercio > liberalizado con
el ACE 38, superávit en los últimos 3 años gracias al > molibdeno que por
sí sólo explica alrededor del 60% de nuestras > exportaciones, que luego
Chile re-exporta a China con mayor valor > agregado. En ese sentido, se
corre el riesgo que la supuesta > complementariedad entre nuestras dos
economías se base en la > consolidación de un patrón norte-sur de comercio
(Perú exportando > productos primarios, Chile
manufacturados). > > La asimetría acumulada del
comercio, es mucho mayor en las inversiones > y en el comercio de
servicios. Estos dos capítulos son justamente los que > le interesa a
Chile, junto con un mecanismo de solución de diferencias > que como señaló
el Canciller Foxley “evite nuevos casos Luchetti”. Se > busca consolidar
esa asimetría, reducir el margen de maniobra del Estado > para las
políticas de apoyo a la industria nacional o de reserva a la > presencia
del capital chileno, con el mecanismo de solución de > diferencias del
nuevo acuerdo. Ya tenemos mecanismos de protección de > inversiones
internacionales (como el CIADI), y bilaterales, por lo que no > sería
necesario uno nuevo. Mientras Chile tiene inversiones del orden de > los
US$ 4,000 millones, las nuestras son ínfimas, y se mantienen >
restricciones a la inversión peruana, como han señalado los presidentes
de > la Cámara de Comercio y de la S.N.I. > >
También es sensible el tema de facilitación aduanera (considerando lo >
pactado en los tratados internacionales vigentes), otros temas de acceso >
a mercados, y el capítulo de compras del Estado que se anuncia. Ya le >
hemos concedido a EEUU los incentivos que se daban a la Pymes y a la >
industria nacional (con lo cual se pierden en la práctica), y ahora >
pasaría algo similar con Chile. > > No hay un capítulo
de propiedad intelectual, pero no necesitamos > abundar sobre los graves
conflictos que se han presentado no sólo en el > tema del pisco, sino
también en el caso de las paltas, aceitunas, > orégano, chirimoya, la
papa. Este tema no se discute, queda impune, y se > avanza en el camino
que Chile está proponiendo.
> Los otros componentes > Mientras se
acepta firmar un TLC con Chile, se mantiene por “cuerdas > separadas” y se
congela la discusión de los límites marítimos. Sigue > también creciente
el armamentismo chileno, impulsado por los últimos > gobiernos
(socialistas y no socialistas). En la literatura se tienen > autores
que argumentan que una mayor interrelación económica reduce las >
posibilidades de conflicto, pero hay varios otros que señalan que cuando >
existen asimetrías muy pronunciadas, se produce el efecto contrario. Es >
deseable trabajar para el primer escenario, pero esto supone abordar de >
manera civilizada los temas pendientes (que Chile no reconoce), >
incluyendo además el tema energético, las reservas de agua, entre
otros. > > El Perú necesita desarrollar una estrategia
integral. La profundización > del vínculo económico sin corrección de
asimetrías que supone el TLC, > dejando de lado los otros elementos de la
compleja relación bilateral, no > parece ser lo que más la conviene al
interés nacional. Se introduce un > instrumento que puede generar
conflictos comerciales que rápidamente > escalaran al nivel Estado-Estado
(como ya ocurrió con Luchetti y > AeroContinente), creando así condiciones
para el segundo escenario. 10 de Agosto de 2006. Red
Macroperú.