Perú-Chile ¿TLC: para qué? por Luis Bravo Villarán
Perú y Chile tienen una historia común muy azarosa, en ocasiones de hermandad
y muchas veces tensa. Sin embargo en los últimos años en una u otra forma, los
lazos se han estrechado. Ambos países mantienen actualmente un Acuerdo de
Complementación Económica (ACE) firmado en 1998, que supuso la desregulación
arancelaria de más de 2.600 productos para facilitar que una gran cantidad de
productos peruanos pudiesen entrar en el mercado chileno libre de aranceles.
Este tratado permitió que en el 2005, la balanza comercial fuera favorable al
Perú en US$500 millones, pues exportamos US$1,117 millones; mientras que las
importaciones de Chile llegaron a US$616 millones. El notable aumento de las
exportaciones se debió al mineral de molibdeno (Southern Perú), subproducto de
la explotación del cobre, que pasó de US$16 a US$694 millones del 2000 al 2005.
El molibdeno es importado por la chilena Molymet, que lo re-exporta después de
darle un importante valor agregado.
El 82.81% de las exportaciones peruanas a Chile son tradicionales incluido el
café, pero con amplio predominio de la minería; y 17.19% son no-tradicionales
con predominio de los siderúrgicos y con sólo el 2.01% de productos
agropecuarios y agroindustriales.
Por el otro lado, las importaciones de productos manufacturados chilenos
fueron US$350 millones (de los US$616 millones indicados), según ASEXMA de
Chile. Destacan los papeles e impresos, bienes de capital, alimentos, caucho,
químicos y manufacturas de metal (US$115, 49, 47, 30, 29 y 25 millones,
respectivamente). Como se aprecia, las exportaciones chilenas a Perú tienen un
mayor valor agregado que las de Perú a Chile.
Las inversiones chilenas acumuladas en el Perú, según la Cámara de Comercio
de Santiago (CCS), ascienden a US$4,174 millones para el periodo 1990-2005. Esto
representa el 13.8% del stock de US$30,176 millones invertido por empresas
chilenas en el exterior y nos convierte en su tercer destino, siendo superados
por Argentina (US$14,821 millones; 49,1%) y Brasil (US$4,473 millones, poco más
que Perú). Las inversiones peruanas acumuladas en Chile, según el Comité de
Inversiones Extranjeras (organismo oficial chileno), ascendieron a sólo a
US$23,7 millones en el periodo 1974-2004 (no hay cifras para el 2005). Por
tanto, las inversiones chilenas en el Perú superan en 176 veces a las
inversiones peruanas en Chile.
Las recientes negociaciones para profundizar el ACE avanzaron en reglas de
origen, políticas de competencia y medidas sanitarias y fitosanitarias. Pero no
se pudo concretar un acuerdo para un TLC, debido a que Chile demandó un trato no
discriminatorio en inversiones y servicios, lo que colisiona con las posiciones
de dos (UPP y APRA) de las tres principales opciones electorales peruanas,
respecto a limitar la participación de capitales chilenos en áreas estratégicas,
como pueden ser las concesiones portuarias.
Hasta aquí lo formal; en el terreno de lo anecdótico pero real (el tema del
Pisco y más recientemente del registro para una empresa chilena del “suspiro de
limeña” y hace pocos días de la “papa” como chilena), está la actitud con
respecto a p.e. el tema de la Chirimoya, una fruta tradicional de los andes
peruanos que se comparte con Ecuador y que fue llevada a España en dónde existe
la denominación de origen “Chirimoya Costa Tropical de Granada”. La Chirimoya se
cultivaba en tiempos de los Incas aunque todavía no se conoce con exactitud el
origen de esta especie (Annona cherimola Mill.) Esta afirmación se sustenta por
los dibujos encontrados en los vasos de terracota y semillas en las sepulturas
preincaicas del Perú (W.E. Safford, 1926.). Un nuevo nombre recibe tras la
exportación de su semilla a Chile: Chilemoya.
Por otro lado, está también lo de la exportación, tanto legal como de
contrabando de la alpaca, donde somos apabullados por Chile. Por cada alpaca
chilena hay 200 en el Perú; sin embargo, Chile exporta 5 veces más que
nosotros... y encima -s.e.u.o.- casi toda “su” exportación (se habla del 95%)
proviene de alpaca peruana “de primera calidad” contrabandeada por el llamado
“paso de los vientos” en la frontera tripartita peruano-boliviano-chilena, por
la zona de Shiluyo (4,500 msnm Tacna). Lo cual erosiona nuestro patrimonio
genético-alpaquero, en la medida que, atentando contra toda política de
preservación, lo que está “saliendo” son los mejores ejemplares y no los de
término medio, tal como corresponde (Australia exporta los “términos medio” a
Nueva Zelanda, y a sus “campeones” los preserva casi como “secreto
militar”).
¿Y cómo así sería el contrabando de alpacas por Chile con destino a EEUU,
Europa y Australia? Simple: Se compra “puesto en frontera” a 300 dólares por
cabeza, luego se alquila “arrieros aymaras” hasta la carretera hacia Arica
(provenientes de La Paz) y se embarca para venderse con certificado sanitario y
póliza de exportación en 5 mil dólares por cabeza “puesto en barco”; alpacas
peruanas exportadas como chilenas; esto por cierto no está en la estadística
arriba descrita.
El tema de las aceitunas y las paltas de Moquegua (los moqueguanos tienen una
tierra bendita, pero les hace falta despertar), es también curioso; las primeras
se envasan y exportan a Brasil como chilenas y las magníficas paltas
moqueguanas, son lustradas y les ponen una cinta amarilla y ya son chilenas.
Además están los limones de Piura que van a Chile casi todos los días, esperemos
que para hacer ceviche y no terminen registrando nuestro limón y diciendo al
mercado internacional, que el limón peruano, no es peruano sino chileno. Están
en la línea de mira también los Mangos de Piura, los más sabrosos del Mundo,
entre otros productos incluida por cierto la uva de mesa “Red Globe” sobre la
que el mercado chino ha sido notificado en el sentido que la uva proveniente del
Perú se desgrana fácilmente, dificultad que sin duda desaparecerá cuando la
exporten como chilena.
Si los peruanos continuamos dormidos, en Chile ya no sólo habrá una zona que
se llama Pisco, pronto habrán otras que se denominen como Lima, Piura, Moquegua
o Puno; y si seguimos dormidos, mañana patentan la papa a la huancaína y habrá
un Huancayo; y por último -salvo omisión, que sin duda hay- si no lo patentan,
lo nacionalizan por decreto a Gastón Acurio, exitoso peruano que tiene el mejor
restaurante de Chile, claro está con la magnífica aún peruana comida, que se
sirve con un aperitivo llamado “pisco souer”, por lo menos allí, con el
peruanísimo pisco.
¿No sería mejor despertarnos los peruanos, en vez de un TLC con Chile que
únicamente haría que el gran comercializador de los magníficos productos
peruanos, sea Chile, previa conversión de los mismos en productos chilenos?.
¿No sería más prudente y serio -en todo caso- dejar este posible tratado al
nuevo gobierno?: o es que los compromisos apremian, aún con el peligro que un
TLC así pueda ser desconocido después del 28 de Julio, causando una tensión más
seria con Chile, esta vez justificada por desconocerse un tratado
internacional?.
Señores, bastante han hecho ya con su “TLC sí o sí” con EE.UU., esperemos a
ver que pasa; pero no atoren que el tubo no da; dejen lo de Chile (TLC,
CONVEMAR, Gas ...) para que lo trate con responsabilidad y apertura el próximo
gobierno que se instala tan sólo en tres meses.
Nota.- Datos de diversas fuentes.
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