Cuestionan acuerdos sobre biodiversidad en TLC con Estados Unidos
Desde que se
hicieron públicas las características energizantes y sexuales de la maca, no es
raro ver que en las calles de Lima y otras ciudades de Perú se venda una bebida
basada en esta hierba. Sea para sobrellevar el estrés o mejorar la potencia
sexual –por lo que se le conoce como el “Viagra natural”–, la maca se ha
transformado en un producto de identidad nacional.
No obstante, ningún
peruano podrá industrializar y exportar extracto de maca a Estados Unidos. La
firma estadounidense PureWorld Botanicals Inc. obtuvo una patente sobre el
producto y el proceso para elaborarlo. Incluso, si Perú reconociera la patente,
la firma con sede en Nueva Jersey podría impedir la venta de maca en Lima.
El de la maca se ha transformado en un caso emblemático de la
biopiratería, como se le conoce a la apropiación de conocimientos tradicionales
por parte de investigadores y empresas para explotar productos en forma
exclusiva bajo la protección de una patente, sin considerar a la comunidad de
donde se obtuvo el conocimiento.
Perú y Colombia, dos países con una gran
biodiversidad, pusieron el tema en la mesa de discusión en sus negociaciones
para el TLC con Estados Unidos. Algo que no había sido considerado ni en el
NAFTA, CAFTA ni en el TLC con Chile ni en ningún otro firmado por el país del
norte.
Sin embargo, Perú y Colombia podrían ser los dos
primeros en abrir las puertas para legalizarla. La razón es que a cambio de
introducir el tema en el TLC, EE.UU. habría logrado que ambas naciones
relativizaran las estipulaciones del Convenio sobre Diversidad Biológica de las
Naciones Unidas (CDB) –no firmado por EE.UU.– que dice que cada nación es
soberana de su biodiversidad; que los estados o comunidades deben dar su
consentimiento si otro quiere patentar algún recurso y que los beneficios se
deben distribuir equitativamente.
Para Fernando Casas, asesor del
Instituto Alexander von Humboldt de Colombia, “los tratados de ambos países
amenazan el uso de las excepciones, limitaciones y flexibilidades del Acuerdo
del Consejo de los Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados
con el Comercio (ADPIC)”, ya que incluyen una promesa de adherirse al UPOV 1991,
un acuerdo internacional que protege patentes de nuevas variedades de plantas.
“Hubiera sido mejor reflejar estrictamente lo planteado en ADPIC en el TLC”,
dice Ariela Ruiz-Caro, consultora de la CEPAL.
Los primeros Los
equipos negociadores defienden su acuerdo. “Tenemos una carta colateral
complementaria que estipula compromisos que nos permiten salvaguardar los
intereses nacionales”, dice Pablo de La Flor, viceministro de comercio exterior
y jefe del equipo negociador peruano. La carta reconoce la necesidad del
consentimiento de los países para el uso de los recursos y de una compensación
para las comunidades, un acuerdo similar al conseguido por Colombia. Pero
podrían no ser suficientes. El tratado evitará patentes de plantas en su estado
natural, pero las permitirá para mejoramientos genéticos, lo que “abre la puerta
para patentar una modificación a la uña de gato”, dice Pedro Francke,
investigador del Centro de Investigación Económica y Social. El gobierno peruano
ha aclarado que las compensaciones sí están en el TLC con EE.UU., para lo cual
se implementarán contratos privados entre proveedores y usuarios, pero los
críticos señalan que eso impedirá usar las reglas de comercio
internacional.
El asunto no es sólo simbólico. La agencia de promoción de
exportaciones Prompex, de Perú, estima que los envíos de productos de
biodiversidad, como la cochinilla, la nuez de Brasil y la tara, alcanzaron los
US$ 70,5 millones en 2005, siendo EE.UU. el destino principal (25%). “Detrás de
esos recursos nativos hay una trama social”, dice Max Rodríguez, consultor de
Prompex. Dado el bajo nivel de investigación de los andinos, dejan espacios
abiertos a los extranjeros. “Si un bioprospector de EE.UU. ‘descubre’ una forma
de vida, podría ejercer ante los tribunales internacionales sus derechos de
propiedad intelectual, protegidos en el TLC”, dice Casas.