A quién le importa la acumulación de reservas internacionales? por Jurgen Schuldt
En estas dos últimas semanas hemos podido averiguar en la Universidad del
Pacífico varios detalles interesantes sobre la administración de las RIN. En
primer lugar, parece que el direcorio del banco central sólo tiene discreción
sobre la mitad del stock y ya inicio desde el mes de septiembre un programa de
diversificación.
En la actualidad, un 25% del stock controlado por el Banco Central esta
compuesto por reservas difrentes al dólar, un valor "razonable, si tomamos en
consideración la participación comercial de la UE. La otra mita mitad es
administrada por el MEF y los bancos comerciales y sigue denominada en dólares.
Ignormanos, sin embargo, las políticas practicadas por estos agentes pero no
parece haber intento alguno por mejorar el rendimiento.
Pero en realidad le importa a todos los que saben lo que son las reservas
internacionales, lo que representan y lo que significa acumularlas. O sea, la
acumuilación o aumento de nuestras RIN le importa a la minoría de
siempre. Pero para que la mayoría también vaya entendiendo la figura (la
mayoría de otras listas distintas a MacroPerú, claro está), el siguiente es un
interesante artículo sobre el tema que ayer se publicó nada menos que en el
diario El Comercio y ha sido escrito por el cuasi erudito economista de la UP y
uno de los dos directores de la revista Actualidad Económica, Jurgen
Schuldt.
Para no bucear en segundas lecturas, digamos que tras realizar
una primera se concluye que en el caso peruano está muy bien seguir acumulando
reservas por aquello del resultado de aplicar el ratio entre las RIN y la deuda
externa de corto plazo (indicador que como bien explica el profe, mide la
liquidez internacional), pero no estaría tan bien seguir acumulando si "continúa
la catarata de exportaciones e inversión extranjera".
Casi en línea con
lo que en la lista MacroPeru ha dicho Bruno Seminario varias veces, Schuldt dice
que "habría que pensar en cómo usar las RIN excedentes" (Bruno hablaba de
cambiar algunos cientos de millones de dólares por Euros).
Luego, y postulando una tautología de lo que ya sugirió Bruno, Schuldt se
interroga así: "¿Aunque podría justificarse la maximización de RIN, qué
haríamos con tantas reservas de bajo rendimiento que al estar la mayor parte en
dólares pueden significar grandes pérdidas de capital?"
Schuldt plantea finalmente introducir modificaciones a la Ley Orgánica del
BCR para que el futuro gobierno -a través del directorio del BCR (que ya sabemos
por quiénes quieren algunos que siga estando integrado)- pueda administrar
mejor las RIN.
Vamos a ver si nuestras Mitzi -si es que las tenemos, sean flacas o gordas,
austeras, discretas o jamonudas new rich faites- dejan de
serlo.
Saludos, Oscar
(Red MacroPerú)
Mitzi y la acumulación de
reservas
Si el célebre economista Fritz Machlup
(1902-1983) despertara hoy, no saldría de su asombro por la cantidad de
activos internacionales que vienen acumulando los bancos centrales,
especialmente los de Asia. Y en el Perú, le volvería a la memoria la pésima
costumbre de su esposa Mitzi, que tenía un inagotable apetito por llenar su
inmenso ropero, al punto de no saber cómo usar tantos vestidos. Esa
actitud, 40 años atrás, Machlup comparaba con el afán desmesurado que
entonces caracterizaba a los bancos centrales europeos por atesorar
divisas, sin saber bien por qué, pero asumiendo pérdidas
incomprensibles.
De seguro el destacado profesor no entendería por qué se
festeja en el Perú el explosivo aumento de nuestras Reservas
Internacionales Netas (RIN). Este proceso se prolonga desde el 2001. Entre
ese año y el 2004 nuestras RIN aumentaron en casi US$4.500 millones,
mientras que en el primer cuatrimestre de este año ya subieron otros
US$1.000 millones. Así, hoy casi alcanzamos el astronómico valor de
US$14.000 millones. Y, como van las cosas, el ropero de 'rines' del
BCR rebasaría los US$17.000 millones hacia finales del 2005, lo
que equivaldría a más de 15 meses de importaciones y al 25% del
PBI. Nótese que en la época en que la señora Machlup llenaba su
ropero, bastaba que el banco central tuviera el equivalente en RIN de
tres meses de importaciones, que era el criterio usado para estimar
la viabilidad externa de una economía. Hoy las cosas han cambiado desde la
defunción de Bretton Woods (1971) y, sobre todo, desde que las economías
abrieron indiscriminadamente su cuenta de capitales, exponiéndose a crisis
financieras como las de los noventa.
En Asia
acumulan
Este proceso de atesoramiento de RIN es más notorio en economías asiáticas
como Tailandia, que tenía montos equivalentes al 15% de su PBI antes de la
crisis de 1997, y que hoy sobrepasa el 30%, como Corea, que en ese período
pasó del 5% al 30%, Malasia que del 20% llega ya al 40%. En ese proceder,
tales bancos centrales exageran, remedando a la señora Machlup: solo
buscarían maximizar sus tenencias de RIN, en vez de optimizar el stock. Como
el monto absoluto de reservas no dice mucho sobre la capacidad de un país
para defenderse contra un ataque especulativo, se usa el ratio entre las RIN
y la deuda externa de corto plazo, indicador que mide la
liquidez internacional. Si esa relación es igual a 1, se dirá que la
economía es inmune a ataques especulativos. Y es justamente este indicador
el que se ha duplicado o triplicado en los últimos años en todos
los países del Asia: subió a 3,5 en Tailandia, a 4,5 en Malasia, a 2,5
en Corea y a 12 en China, por lo que esas economías son absolutamente
invulnerables a las crisis foráneas originadas por ofensivas especulativas,
deterioro de sus términos de intercambio, alza de tasas de interés
internacionales, entre otros. Como el indicador en esos países excede a 1, se
están comportando como la señora Machlup.
¿Y en el Perú?
El caso peruano parecería similar a
los anteriores, porque el indicador aumentó de 1,5 en el 2000 a 2,8 al día de
hoy. Dicha cifra se obtiene dividiendo las RIN de US$14.000 millones entre
los US$3.000 millones de deuda externa de corto plazo, más los US$2.000
millones de servicio de los próximos 12 meses de deuda externa pública y
privada de largo plazo. Así, aparentemente nos "sobrarían" US$9.000
millones. Pero nuestra realidad es muy distinta a la asiática. Y es que,
al estar altamente dolarizada, los depósitos en moneda extranjera alcanzan
los US$9.000 millones, monto que habría que añadir al cálculo, pues al ser
muy similar a la deuda externa de corto plazo, puede salir del país de la
noche a la mañana. Si añadimos estas obligaciones, se alcanza exactamente a
los US$14.000 millones que tenemos en RIN. Así, la relación entre el stock de
reservas y esos dólares huidizos (3.000+2.000+9.000) llega justamente a 1, de
manera que disponemos del mínimo necesario para defendernos del peor
escenario internacional. En pocas palabras, nuestro BCR aún no actúa como la
señora Machlup y el profesor Machlup ahora así entendería el comportamiento
supuestamente exagerado de acumulación de reservas en el Perú de
hoy.
Usos del excedente
Pero si continúa la
catarata de exportaciones e inversión
extranjera, habría que pensar en cómo usar las RIN excedentes.
¿Aunque podría justificarse la maximización de RIN, qué haríamos con
tantas reservas de bajo rendimiento que al estar la mayor parte en
dólares pueden significar grandes pérdidas de capital? Ya lo decía
Kenneth Rogoff, el hasta hace poco economista jefe del FMI: "Una cosa
es ahorrar para días lluviosos, pero acumular reservas en exceso es
como construir el Arca de Noé". A ese respecto cabe preguntarse: ¿No
se podrían usar las reservas excedentes para estimular el crecimiento y la
productividad? Quizá para facilitar la importación de bienes de capital y
tecnología, o para prepagar deuda externa. Nos parece que el tema debería
debatirse y plasmarse en una nueva ley orgánica del BCR (para el próximo
gobierno), dado que su directorio tendría las manos atadas para administrar
mejor las RIN. También debería discutirse a nivel andino o sudamericano las
pautas de la Iniciativa Chiang-Mai propuesta por los países asiáticos para
crear una red regional de swaps monetarios bilaterales y de acuerdos
de recompra, con lo que un país afectado por una crisis tenga una línea de
crédito inmediata. Finalmente, y esto es lo más importante, para vaciar algo
el ropero, es necesario repensar la política de apertura indiscriminada a los
flujos externos de capital, exceptuando los ligados a la inversión extranjera
directa. Ello reduciría la volatilidad de nuestras economías frente a
potenciales contagios externos.