Ministra francesa de los JJ OO: 'No habrá ni himno ni banderas rusos'
Faltan poco más de cien días para París 2024: la recta final después de casi
una década de preparativos. En la sede del Ministerio francés de Deportes y de
los Juegos Olímpicos y Paralímpicos reina la calma. Si hay nervios, no se notan.
O la procesión va por dentro.
El 26 de julio es la ceremonia inaugural y, ante un acontecimiento lleno de
peligros, y en un contexto internacional tenso, la máxima responsable de la cita
olímpica en el Gobierno francés resume así su estado de ánimo: “Entusiasta,
combativa, impaciente”.
En su despacho, la ministra francesa de Deportes y Juegos Olímpicos y
Paralímpicos, Amélie Oudéa-Castera, anunció esta semana a EL PAÍS y los medios
de la red europea LENA que, a poco más de tres meses de la novedosa ceremonia
inaugural con barcos en el río Sena, el Gobierno “sigue de cerca la evolución de
la amenaza” y “se deja hasta el fin de la primavera para hacer ajustes
eventuales”. Aseguró que las escenas de caos y delincuencia en la final de la
Champions Real Madrid-Liverpool de 2022 ―un fiasco organizativo que no
anticipaba nada bueno para los JJ OO― no se repetirán: “Aquella final había sido
insuficientemente preparada y anticipada, y mal gestionada en el día D.”
Oudéa-Castéra (París, 46 años) afirmó que, entre los riesgos, figuran los
ciberataques y que el Gobierno se prepara “en caso de crisis significativa sobre
los sistemas de información”. Dijo que, ni en la ceremonia inaugural ni durante
las competiciones se verán símbolos rusos ni bielorrusos: “Ni himno ni bandera.”
Defendió que el veto a los atletas de estos países —podrán participar bajo
condiciones estrictas— no es aplicable a los israelíes, como piden algunos.
“Hay que ser a la vez respetuosos y comprensivos con las emociones de cada
uno y, al mismo tiempo, reunir las condiciones para que, en este mundo
fracturado, el deporte permite estas grandes citas alrededor de los valores de
paz y concordia”, dijo la ministra de los JJ OO. Y recordó que una resolución de
la Asamblea General de ONU prevé una tregua olímpica, antes de añadir: “Queremos
que sea respetada”.
En la Francia de las huelgas y manifestaciones ―el verdadero deporte
nacional, se dice a veces maliciosamente― y los violentos disturbios el año
pasado, los Juegos “serán la ocasión de hacer nación por medio del deporte”,
dice. Es decir, de unir a los franceses, por ahora apáticos ante el
acontecimiento, o quejosos (las polémicas sobre los precios de las entradas o
los transportes públicos son recurrentes), aunque ella está convencida de que,
como ha sucedido en otras ocasiones, el entusiasmo prenderá cuanto la llama
olímpica empiece a recorrer el país y se aproxime la fecha.
Oudéa-Castera fue una prometedora tenista, campeona juvenil. Colgó la raqueta
para formarse en las instituciones de la élite francesa. En la Escuela Nacional
de Administración coincidió con Emmanuel Macron. Alta funcionaria, y directiva
empresarial y deportiva, es ministra desde 2022. A principios de 2024 asumió la
cartera de Educación Nacional. Sus declaraciones sobre la escuela pública
precipitaron su marcha a las pocas semanas. Ahora vuelve a ocuparse solo de su
ministerio original, centrada de nuevo en los JJ OO que Francia organiza por
primera vez en un siglo.
Cuando se le pregunta qué le quita el sueño a cien días de la cita, responde:
“No gran cosa”. Pero admite: “Quedan puntos de vigilancia, sobre todo el riesgo
que anticipamos en la ciberseguridad”. Detalla que, mientras que en Tokio 2020
hubo unos 400 millones de ciberataques, en París se esperan “entre 3.000
millones y 4.000 millones”.
El desfile en el Sena es otra fuente de preocupación. Se prevé la presencia
de más de 300.000 espectadores con Notre-Dame, el Louvre y la Torre Eiffel como
escenario.
“Es un desafío de una gran dificultad”, dice la ministra, “pero se aborda con
una extrema vigilancia y una extrema finura, tanto en el aspecto artístico como
en el de la seguridad.” Se desplegarán 45.000 policías y gendarmes, además de
agentes de unidades de élite y agentes municipales y privados. “En caso de
amenaza extrema, lo que no es en absoluto el escenario hoy, tenemos escenarios
de repliegue, de los que no puedo hablar porque son confidenciales, pero que el
presidente de la República nos ha pedido anticipar en caso de que se agravase de
manera totalmente excepcional la amenaza, sobre todo terrorista”. ¿El
“repliegue” sería en el Sena? ¿O fuera del Sena? “Estudiamos todos los
escenarios”.
Sobre la presencia de atletas rusos y bielorrusos, Oudéa-Castéra recuerda que
podrán estar presentes los que no hayan apoyado la guerra de agresión de Rusia
contra Ucrania y que no tengan vínculos con los ejércitos ruso y bielorruso ni
con las agencias gubernamentales próximas al poder: “En ningún caso habrá una
delegación rusa o bielorrusa de atletas que vayamos a acoger”.
—¿No habrá himno ruso?
—Ni himno ni bandera. Tampoco habrá banderas rusas o bielorrusas en nuestros
estadios. Si insisto en la noción de delegación, es porque es lo que explica que
los rusos y bielorrusos, atletas neutros, no estarán en el desfile en el Sena.
Solo las delegaciones desfilan.
Hay voces, como el líder de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, que ven
un “doble rasero” al no aplicarse la misma norma a los israelíes por la guerra
en Gaza. Responde Oudéa-Castéra: “No se puede comparar la situación de Israel,
que ha sido víctima de un ataque terrorista de una gravedad excepcional, con la
Rusia que lleva a cabo unilateralmente una guerra de agresión contra un país
soberano. Aprovecho para subrayar que la voz de Francia siempre ha sido clara
sobre el hecho de que Israel tiene derecho a defenderse, pero que debe hacerlo
en el respeto del derecho internacional y del derecho humanitario”. Y añade:
“Acogemos en París a la delegación israelí e invitamos a la delegación
palestina, que representan cada una a su movimiento deportivo. Destaco que
ninguna de ambas delegaciones ha pedido la exclusión de la otra. Quiero aplaudir
el espíritu de responsabilidad de ambas en el hecho de que no haya hasta hoy
ninguna escalada verbal. Hay mucha dignidad en la postura de estos dos
movimientos deportivos”.
Habla, al final de la entrevista, del caso Rubiales en España y la “actitud
sexista” y “absolutamente inadmisible” del entonces presidente de la federación
de fútbol. Concluye asegurando que su fracasada experiencia en el ministerio de
Educación no ha hecho mella en ella: “Tengo un pasado de deportista de alto
nivel. Cuando se pierde un set en el tenis, el partido continúa”.