¿Un descanso en las alturas o algo se ha roto en Wall Street? Las razones
detrás del giro del S&P 500 El índice se acerca a su mayor caída mensual
desde diciembre 2022 Tres reveses podrían poner en 'descanso' a un mercado
"sobrecalentado" Las tech pierden gasolina, tensión geopolítica y la Fed
confirma su viraje Dreamstime Wall Street está viviendo, para sorpresa de
propios y extraños, un momento de clara debilidad. Solo en lo que lleva de abril
el S&P 500 ya se anotaría su peor desempeño mensual desde diciembre de 2022,
cediendo un 5,47%. Además, el principal índice norteamericano ha profundizado en
las últimas semanas esta sensación, con una racha de seis sesiones en negativo
en las que se ha dejado un 4,4%. Independientemente de este último hito, la
realidad es que las dudas se han instalado y crece el debate sobre si este es
solo un momento de flaqueza o si supone un cambio de paradigma para una renta
variable que no ha parado de subir. Este mismo 2024 ha llegado a avanzar por
encima del 19% y 2023 se saldó con avances superiores al 24%. La división
respecto a este último giro de los acontecimientos parece total. Sin embargo,
varios de los principales estrategas de Wall Street coinciden en que el S&P
500 contaba con un ánimo excesivo, un rendimiento sobrecalentado que, ante las
distintas dificultades que han emergido en el último mes, han provocado un alto
en el camino. Uno de los más reseñables ha sido JP Morgan pues, en su nota a los
clientes este lunes afirmó que "los inversores esperan que el S&P 500 suba
un 20% para el cuarto trimestre, algo que, en nuestra opinión es excesivo". Un
optimismo demasiado elevado que habría provocado un choque respecto a la
realidad en el último mes. Por lo tanto, las caídas responden a la necesidad del
mercado de ajustarse a la realidad. Mislav Matejka, analista de la firma
norteamericana sostiene que una inflación que no retrocede, un dólar más fuerte
y un aumento de las tensiones geopolíticas "están nublando las perspectivas".
Algo parecido opinaban los expertos de Goldman Sachs, que mostraban en su último
que, frente al contexto económico actual, las acciones están rindiendo muy por
encima de lo que deberían por la situación de la economía, concretamente un 40%,
algo que ha provocado que los inversores necesiten de alguna manera una
corrección tras la fatiga de unas subidas desaforadas desde finales de 2023.
Este porcentaje ha sido calculado por los analistas de la firma norteamericana a
través de la brecha entre el PER actual del S&P 500, en comparación al que
sería "consistente con el entorno macro" según el modelo de Goldman. En
definitiva, varios factores habrían conspirado para que este periodo se
convierta en un tramo clave para el devenir de la renta variable norteamericana.
Javier Molina, analista de eToro, explica que este periodo supone "la primera
caída significativa en más de seis meses". En ese sentido, el analista pone en
el foco a la Reserva Federal al haberse instalando definitivamente una
"perspectiva de tipos de interés altos por más tiempo".
Es en este periodo donde se ha producido este gran cambio de paradigma
respecto al precio del dinero. Los datos de la inflación en octubre de 2023
prendieron el optimismo en una acelerada agenda de recortes de tipos, un fuego
que la Fed avivó con optimistas declaraciones en su reunión de diciembre. Sin
embargo, a pesar de que este punto de vista ya estaba muy matizado por la
fortaleza del mercado laboral, la economía y la resistencia de la inflación, ha
saltado por los aires este mes de abril con los últimos datos del IPC, donde la
inflación no solo no retrocedió, sino que repuntaba hasta el 3,5%. Todo esto
mientras los datos de empleo seguían dándole munición a la Fed al sumar 300.000
puestos de trabajo.
Todo esto ha supuesto una combinación de factores que no ha tardado en
mostrar las claras la nueva realidad de la Reserva Federal. Varios miembros de
la institución, salieron al paso para pedir paciencia con los recortes de tipos,
con Jerome Powell a la cabeza afirmando que "se tardará más de lo esperado en
devolver la inflación al objetivo y, por lo tanto, necesitamos más confianza
(para recortar)". Esto ha provocado que las estimaciones del mercado pasen de
seis recortes empezando en marzo a apenas dos.
David Bianco, director de inversiones para América de DWS defiende que este
es el principal motivo del bajón del S&P 500. Más allá del cambio de
percepción, "una de las grandes causas es, sin duda, el aumento de los
rendimientos de los bonos" que ha sucedido en paralelo a esta nueva perspectiva.
Una rentabilidad más alta en el mercado de renta fija (el bono supera ya el
4,63%) ofrece a los inversores una alternativa al mercado de valores sin riesgo,
castigando duramente al mercado de renta variable.
Respecto a la subida del bono, esta no ha venido solo de la mano de la Fed,
pues Bianco explica que el último informe del FMI, publicado la semana pasada,
ha supuesto un factor clave para que la situación escale a un nuevo nivel. "En
estas perspectivas se habla de un déficit estructural del 8,6%" lo que inyecta
más presión desde el lado de la oferta ante la necesidad de más emisiones para
financiarse.
En cualquier caso, no todos están de acuerdo con que se viene una época de
'bajón' o, al menos, que esta vaya a ser duradera. Los analistas de Morgan
Stanley sostienen que los rendimientos de la renta variable deberían mejorar a
pesar del contexto con los tipos de interés debido a que la situación
macroeconómica es muy buena, mostrando una potente resiliencia del mercado
laboral y el consumo. Además, esperan que esta situación económica mejore aún
más los próximos meses, impulsando las acciones de forma clara.
"En conjunto, los resultados están superando a las expectativas del consenso
en más de un 9,6%, el doble que la media histórica" Michael Wilson, estratega
estrella de Morgan Stanley defiende que esta es la clave por la que "todavía se
justifica un optimismo cauteloso". Este experto, que fue unos de los grandes
bajistas durante 2023 respecto al mercado debido a los altos tipos de interés,
cree que esta amenaza sigue presenta y que por ello espera a partir de ahora
unos meses calmados en el parqué. Sin embargo, los datos macroeconómicos han
cambiado totalmente su perspectiva hasta convertirse en un alcista y es por ello
que creen que, aunque la elevada rentabilidad de los bonos desatará caídas del
5% en el S&P 500 en el corto plazo, a medida que se produzcan los recortes
de tipos (aunque sean menores de lo esperado) y los datos macroeconómicos
traigan buenas noticias, Wall Street vivirá fuertes repunten. Wilson da por
hecho que esto ocurrirá en los últimos meses de 2024.
Estas buenas perspectivas económicas tienen su reflejo incluso en la actual
temporada de resultados. Desde DWS explican que, con un 70% de las firmas
habiendo presentado ya sus cifras, "en conjunto se ha superado a las
expectativas del consenso en más de un 9,6%, el doble que la media histórica".
Sin embargo, la firma explica que los inversores parecen haber retirado su
atención de este frente, quedando insensibilizado antes las buenas noticias en
los resultados. "Los buenos resultados no han ayudado (este mes), los mercados
se han vuelto despiadados y castigan incluso las ligeras decepciones".
La tecnología ya no es lo que era Fuera de los tipos ha habido otro factor
fundamental que ha supuesto un jarro de agua fria para las acciones y que ha
servido para que el rumbo de los mercados marque un punto de inflexión: el
sentimiento sobre las tecnológicas. El sector 'tech' fue el verdadero corazón
del despertar bursátil de la segunda parte de 2023. El Nasdaq 100 se disparó el
año pasado un 53% acelerado por la fiebre de la IA. Además, esto se vio
fuertemente reforzado por las siete magníficas, un grupo muy concentrado de
acciones de alta valoración (Tesla, Nvidia, Apple, Amazon, Meta, Alphabet y
Microsoft), que vivieron una auténtica luna de miel.
Respecto a este selecto grupo, su avance ya estaba siendo mucho más irregular
que el año pasado, y, pese a que algunos miembros como Nvidia o Meta aun
brillando, el grueso ha seguido con ganancias mucho más moderadas e incluso
algunos como Apple han caído. Por no mencionar el caso de Tesla, que está siendo
uno de los peores valores del S&P 500, cediendo un 40%, ante una guerra de
precios con las firmas asiáticas y una caída de la rentabilidad.
El rumbo desigual de las siete magníficas parecía suplirse adecuadamente con
un mejor desempeño del resto de valores. Sin embargo, este mes de abril ha
habido otro argumento en contra que ha hecho a los mercados dudar, un
enfriamiento relativo de la fiebre de la IA, el elemento clave que impulsó a
valores como Nvidia. Las dudas se han acrecentado tras unos decepcionantes
resultados de ASML, la firma neerlandesa de semiconductores.
Javier Molina defiende que se ha producido "una rotación desde las acciones
tecnológicas hacia otros activos". Entre otros factores, destaca el hecho de que
"los resultados de ASML generaron preocupaciones a nivel global sobre los
semiconductores y la inteligencia artificial". Esto explica situaciones como que
Nvidia cayese un 10% en un solo día o que acumule el último mes una caída del
15%.
La firma neerlandesa anunció el pasado miércoles que sus beneficios caían un
37% esta caída se debió principalmente a que los ingresos no alcanzaron el
crecimiento esperado, de hecho estos cayeron cerca de un 21%, hasta los 5290
millones de euros. Algo que no solo ha decepcionado al mercado, sino que ha
puesto sobre aviso a todo el sector por un posible crecimiento más lento de lo
esperado de los ingresos en el sector de la IA.
Un mundo caótico En cualquier caso Molina defiende que esta transferencia
hacia las tecnológicas ha tenido varias fuentes de presión. De hecho, estas
serían las mayores responsables de que el Nasdaq 100 se deje cerca de un 7% en
el último mes. El principal motivo sería una mezcla entre los ya mencionados
tipos de interés (con la rentabilidad del bono restando atractivo a la bolsa) y
un riesgo geopolítico creciente que está atrayendo el foco de los inversores
hacia valores más seguros. En ese sentido ese precio del dinero y el riesgo
geopolítico "está provocando un movimiento hacia activos que protejan respecto a
la inflación".
En ese sentido, abril se ha presentado para los inversores como unos de los
meses de mayor tensión geopolítica que se recuerdan. De hecho, Irán e Israel han
entrado en una espiral de incertidumbre desde que el país hebreo bombardease el
consulado persa en Siria, Damasco, donde murieron dos generales y otros cinco
miembros de la Guardia Revolucionaria. Tras esto Irán lanzó un ataque limitado
con drones contra la república, para que posteriormente esta respondiera con
otro a los pocos días. Un espiral que está siendo un verdadero foco de
incertidumbre para los mercados, que buscan refugiarse en valores más seguros
ante la escalada. "El riesgo geopolítico es uno de los factores que ha impulsado
la corrección del S&P 500" explicaba Molina.
Todos estos factores son los que explican un 'bajón' en la bolsa americana
que tiene completamente divididos a los mercados. Después de que los fondos
centrados en EEUU hayan perdido unos 21.000 millones de dólares, los próximos
movimientos serán claves para que se decida el rumbo que dominará al S&P
500. Todos estos motivos pueden haber servido como un alto en el camino para un
Wall Street que ya necesitaba una corrección, o, por el contrario, ser el
pistoletazo de salida para una nueva era, un punto y aparte donde el ritmo
cambie de forma definitiva. Álvaro Moreno 17:02 - 22/04/2024 El
Economista.