Cinco millones de hogares del Perú deben S/ 130,000 millones
¿Qué hacer con las deudas de los hogares?: la bola de
nieve, el perro muerto o el salvataje
Desde el Faro
Por Rafael Hidalgo
El congresista de Acción Popular (AP), Fredy Llaulli, quiere
“poner una pica en Flandes” con su proyecto de ley “para condonar intereses por
120 días (marzo-junio) de créditos de consumo y tarjetas de crédito”.
En los predios de la banca y la SBS, donde reina una calma
chicha que augura una tempestad, se ha dispuesto “patear” hacia el invierno
(julio) las cuotas mensuales, pero la refinanciación light –en que los banqueros
no depositan las necesarias provisiones de respaldo- se ha calculado con las
mismas tasas de interés pactadas, casi siempre muy altas, y la deuda de las
familias viene creciendo como una “bola de nieve” que se llevará todo a su
paso.
El tema es complejo pero el debate es impostergable. Nada menos
que 5.5 millones de hogares deben a la banca la suma de S/ 125,000 millones.
Sólo por intereses, esta deuda genera a favor de los bancos S/ 40,000 millones
por lo que una condonación por un período de cuatro meses (marzo-junio), a
grosso modo, representa S/ 10,000 millones.
El promedio por hogar de esta deuda es de 25 sueldos mínimos
(S/23,000), que esconde que hay 500 mil familias que han empeñado hasta las
camisas en créditos de consumo (tarjetas, vehicular, alimentos) a una tasa de
interés anual (TCEA) que no baja de 40% y que resulta escandalosamente alta en
comparación con la tasa de 1.5% que gozan las grandes empresas en los S/ 60,000
millones que acaban de recibir del programa Reactiva Perú.
¿De dónde pecata mía? Es cierto que no hay lonche gratis, pero
hay que evitar a toda costa el “perro muerto”, creando un salvataje para los
hogares que pasa por condonar y/o reducir los intereses en el período de cuatro
meses en que la economía ha estado paralizada y el 41% de las personas se quedó
sin trabajo, porque si la cadena de pagos se rompe, se replicaría el colapso
experimentado hacia finales de la década del 90, en que quebraron más de una
decena de bancos.
El reto es inmenso. Al alimón deben asumirlo el Ministerio de
Economía y los bancos, cuyos voceros más calificados, los llamados “Big4” (César
Rojas de Capia, dixit): Banco de Crédito, BBVA, Scotiabank e Interbank, en el
2020 concentraron el 87% de las utilidades del sistema que ascendieron a S/
9,000 millones.
En la deuda de los hogares, más de la mitad son créditos de
consumo (S/ 70,000 millones) que cobran tasas no menores a 40%. En este rubro,
las Tarjetas de Crédito (S/ 25,000 millones) son el “churrasco” para los bancos,
porque los seis millones de “tarjetahabientes” pagan, sin chistar, una TCEA
promedio que fluctúa entre 130% y 106%.
En la deuda hipotecaria, que representa poco menos de la mitad
de estas obligaciones (S/ 55,000 millones), no aparece con nitidez el espíritu
de Shylock (personaje del Mercader de Venecia), ya que los 216 mil felices
propietarios de un inmueble pagan una TCEA en un rango que fluctúa entre 21 % y
13%.
Un dato no menor es que en plena pandemia se viene disparando
el crédito de consumo a razón de 13% mensual. Se trata de sobrevivir, sobre todo
en las familias que han perdido los ingresos y que recurren al plástico más
letal que viene en forma de tarjeta.