Elecciones de resultado imprevisible, por César Gutiérrez
Esta semana culmina la más anodina campaña que recuerde desde
1980, entre el desinterés por la política de los “millenials” y “centennials” y
el desencanto de los demás, iremos a ejercer la obligación del sufragio el
próximo domingo 26.
Las pocas encuestas publicadas muestran desconcierto de los
electores, hay un 43 % que votarán entre blanco y viciado, según una simulación
de votación nacional realizada entre el 15 y el 17 de los corrientes, por Ipsos.
Es decir, del universo de electores, solo el 57% constituirá voto válido.
Los partidos que en la encuesta han mostrado un bajo nivel de
intención de voto, se han alegrado, pues con estas cifras sus posibilidades de
contar con congresistas se elevan. La inquietud en estos momentos es saber
¿cuál será el porcentaje de los votos válidos del total del padrón electoral?
Para intentar una respuesta, no queda sino referirse a lo ocurrido en las
elecciones presidenciales del 2001 al 2016, donde siempre en la primera vuelta
se percibe el espíritu de participación del elector y lo registrado en el
referéndum del 2018.
Cuando se realiza la evaluación en términos porcentuales se
presentan tres escenarios: un mínimo de votos válidos del 65%, que se registró
en el referéndum del 2018; un 73% de válidos de las elecciones presidenciales
del 2001 y 2011, siendo 75% la cifra máxima alcanzada, que correspondió a las
presidenciales del 2016.
Utilicemos los extremos para plantear una hipótesis de trabajo:
un mínimo de 65% y un máximo de 75%. Esto significaría que el 57% de intención
de voto válido mostrada en la actualidad, podría crecer entre 8% y 18% La
decisión entre estas dos posibilidades se dará prácticamente en la cola. La
campaña en esta última semana servirá para sumar más por la actitud e
identificación del número con el que participa el candidato, que por el discurso
de promesas. Un “blooper” o un “affaire”, sí que será fatal.
En estos extremos de cifras para la decisión en la cola,
estamos hablando de entre 2 y 4.5 millones de votos, cantidad elevadísima, que
la oposición debe tener en cuenta porque solo en el voto electrónico hay 1.7
millones de votos, 7% del padrón, que va ser decisivo. Aquí el gobierno puede
conseguir la mayoría que aspira para tener el control total del país.