María Antonia “Toni” Alva, titular del Ministerio de Economía y Finanzas
(MEF), ha provocado la euforia del ejército peruano de marxistas reciclados, al
declarar que “el problema es que los peruanos todavía no valemos lo mismo”.
Tratando de descifrar el origen de este titular se podría ensayar tres
hipótesis para intentar comprenderla: la primera es que tenga un grato recuerdo
de la ranchera Valemos lo mismo: “tú eres la reina, yo soy un plebeyo, hoy más o
menos valemos lo mismo”. La segunda, que intente resaltar el mandato cristiano
de igualdad reflejado en la Constitución (inciso b del artículo dos), y por
último, que quiera destacar la trágica desigualdad que existe en el Perú que se
refleja en el coeficiente índice Gini que, según Bruno Seminario, es mayor a
0.60.
Esta desigualdad ha convertido en un polvorín a nuestros vecinos, sobre todo
a Chile, porque a tenor de sus reclamos el actual modelo económico, léase la
receta del “Consenso de Washington”, ha exacerbado la desigualdad.
Paradójicamente, en Chile el índice de desigualdad es de 0.47. Están mejor que
nosotros.
Sin embargo, la ministra luego de pronunciar una frase tan provocadora
inmediatamente nos devuelve a nuestra realidad cuando declara que no cambiará ni
una coma al proyecto de presupuesto del 2020 que preparó su antecesor el
exministro Carlos Oliva. Es decir, que el presupuesto de Educación seguirá en
apenas en 3.8 % del PBI y el del sector Salud permanecerá en 2.8 % del PBI, como
señala el proyecto. Ni para el té.
Con estos magros recursos es poco lo que se podrá avanzar para llegar a
“valer lo mismo”.
Hasta la receta del Consenso de Washington en uno de sus puntos recomienda
“fortalecer los presupuestos de educación y salud”, recomendación que no se ha
venido cumpliendo en general en América Latina y por eso se han realizado todas
estas últimas protestas.
La Ministra podría argüir que carecemos de recursos. Sin embargo, se sigue
gastando 2 mil millones de soles en consultorías, 300 millones en publicidad
estatal, los funcionarios públicos siguen viajando al exterior en pasajes aéreos
caros con viáticos de países boyantes.
Con esos recursos que diariamente se dilapidan fácilmente se podría construir
los 4,800 colegios y los 7 hospitales regionales que el ingeniero Martín
Vizcarra prometió en su discurso del 28 de julio de 2019.