Inversión, inversión. Divina palabra porque genera trabajo y el desarrollo
que necesitamos. A inicios de año, se pronosticaba que la inversión privada no
minera crecería en 5.2 %, pero a estas alturas, después del exabrupto
presidencial sobre adelanto de elecciones generales (28/07/19), ahora el
pronóstico es de terror.com, caerá en -2.1 %. Mientras que la inversión minera,
motor del crecimiento de las últimas dos décadas, generaba a principios de año
una esperanza: un aumento de 21.5 %, pero ahora se pronostica disminuirá al 14 %
(Informe SAE). La lista de 47 proyectos mineros por US$ 58,000 millones que
publica el MINEM parecen extraídos de la obra “Sueño de una noche de
verano”.
A la fecha, solo se ejecutan seis proyectos (US$ 9,000 millones): Quellaveco
(US$ 5,300 millones), Mina Justa (US$ 1,600 millones), ampliación de Toromocho
(US$ 1,355 millones), Quecher Main (US$ 300 millones), procesamiento de relaves
de estaño B2 (US$ 200 millones) y Ariana (US$ 125 millones). Otros cinco
proyectos mineros listos (US$ 5,000 millones) pero que esperan la polémica
“licencia de construcción” están, como se dice, en la puerta del horno: Tía
María (US$ 1,400 millones), Pampa de Pongo (US$ 2,500 millones), ampliación de
Lagunas Norte (US$ 640 millones), ampliación de Santa María (US$ 114 millones) y
Corani (US$ 585 millones). Y otros 36 proyectos que sirven para llenar los ojos
de los burocratas del Minem.
Otro frente de batalla para la inversión es el que maneja el ministro de
Economía, Carlos Oliva, en ProInversión, que soñaba a inicios del año en 16
proyectos por US$ 2,466 millones, pero en el octavo mes del año solo puede
exhibir la buena pro de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales del Lago
Titicaca por US$ 270 millones. Quizá por ello, en el último informe de
ProInversión (13/08/19), se ha reducido la meta a US$ 840 millones. Así estamos.
Apenas quedan en la lista de Oliva: el ferrocarril Huancayo-Huancavelica (US$
227 millones), la masificación del gas natural (US$ 400 millones); líneas de
transmisión (US$ 170 millones) y la venta de tierras no agrícolas de Chavimochic
(US$ 43 millones).
En la inversión pública, no hay mucho que decir. Queda la esperanza de
cosechar en los próximos años el Anillo Vial Periférico de Lima (US$ 2,049
millones), el Terminal de Marcona, la ampliación del Aeropuerto Jorge Chávez,
culminar la Línea 2, etc. Todo se puede planificar y luego construir, pero el
inversionista necesita estabilidad política que no ofrece el gobierno de Martín
Vizcarra.