Todo indica que la luz verde al yacimiento cuprífero de Tía María (US$ 1,400
millones de inversión), ubicada en el Valle del Tambo (Islay, Arequipa) -con 750
millones de toneladas de reservas minerales y una producción anual de 120 mil
toneladas de cobre- se convertirá en el punto de inflexión del Gobierno de
Martín Vizcarra para que vuelva la gran inversión minera. A la expectativa
esperan en cola: La Granja, Galeno, Cañariaco, Río Blanco, Conga, etc.
Quedan menos de 100 días (86) para que se venza el plazo que tiene el titular
del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), Francisco “El Fantasma” Ísmodes, para
otorgar la licencia de construcción. De lo contrario, se vencería el Estudio de
Impacto Ambiental (EIA-01/08/14), cuya vigencia es de cinco años. En reciente
cita con la prensa extranjera, el Ministro ha deslizado otorgaría la licencia
sin que necesariamente Southern Peru inicie la construcción.
Sin embargo, el propio gobierno no tiene claro como abordar esta papa
caliente. Mientras el presidente Martín Vizcarra es Southern lover, tanto que
una sucursal de CyM Vizcarra opera en el campo minero de Southern en Toquepala;
Carlos Oliva, el poderoso ministro de Economía, ni siquiera ha considerado este
proyecto en su Informe de Proyecciones Macroeconómicas (27/04/19).
Los temores del Ejecutivo tienen como antecedentes el primer rechazo
(2010-2011) de la población del Valle del Tambo, porque se planteaba la
utilización del agua del río Tambo en la mina; la protesta paralizó el proyecto.
El segundo intento (2014-2015) pese a la mejora del EIA y que se utilizaría el
agua del mar (planta desalinizadora) en la explotación, se volvió a plantear en
época electoral y los grupos radicales triunfaron en las elecciones regionales y
municipales, volviendo a prometer “Tía María No Va”.
En este tercer intento se incurrió en el mismo error. La empresa volvió a
publicitar Tía María (2018) justamente antes de las elecciones, colaborando, de
manera indirecta, en la elección del Gobernador Regional de Arequipa y de los
alcaldes de Mollendo, Cocachacra, Islay y Punta de Bombón, todos ellos
adversarios del proyecto.
Sin que aún se conozca si el gabinete que encabeza Salvador del Solar podrá
capear la tensión en Las Bambas -a pesar que ha prometido Ley de Amnistía y la
reciente liberación de los abogados Chávez Sotelo-, tendrá que prepararse para
esta prueba de fuego, en que se requiere más muñeca política y menos
declaraciones sobre la judicialización de los adversarios políticos. El
crecimiento económico del Perú lo espera.