Jóvenes comuneros de Michuiquillay denuncian plan para paralizar explotación minera16
Centenares de jóvenes de las comunidades donde debe desarrollarse la
explotación minera de Michuiquillay protestaron contra organizaciones de
comuneros antimineros, supuestamente dirigidos por agitadores pertenecientes a
la organización de Santos Guerrero.
Ello dijeron que lo que se busca es paralizar el inicio de la explotación
minera de Michuiquillay para evitar que otros proyectos de minería responsable
puedan operar a corto plazo y de esta manera las posiciones extremistas contra
la inversión minera dejen de tener protagonismo político en la zona.
“Santos y sus seguidores harán todo lo posible para obstaculizar el éxito del
proyecto Michiquillay y evitar que emerja un clúster de desarrollo que
incluirá a los otros proyectos ubicados en la misma zona: Galeno, Quilish, Río
Tinto, La Granja y Shahuindo, entre otras inversiones que suman alrededor de US$
16,000 millones”, manifestaron jóvenes del campo muchos de ellos estudiantes de
las universidades cajamarquinos en temas de minería y que se encuentran sin
posibilidades futuras de trabajo , sí el boicot tiene éxito .
Después de más de 70 años de espera, Cajamarca ha dado un paso fundamental
para su desarrollo. El proyecto Michiquillay, con una inversión de US$
2,500 millones, servirá para el renacimiento de esta región que, no obstante la
gran riqueza mineral, está estancada, con los niveles más bajos de productividad
y competitividad del país. Los jóvenes de Cajamarca ya se han puesto la camiseta
de la minería. Saben que además de generar empleos directos e indirectos,
la actividad aporta al país en renta, divisas, canon, regalías e innumerables
convenios voluntarios de cooperación con la comunidades.
En este contexto, la decisión de los jóvenes es crucial para el desarrollo de
Michiquillay, porque podría terminar con la inercia en el cinturón de cobre del
norte. La materialización de Michiquillay posibilitará un efecto en cadena
en el cinturón de cobre del norte por el efecto emulación: la gente comprobará
cómo cambia la situación de las comunidades adyacentes con la inversión minera,
y buscará hacer lo mismo.
Si el cinturón de cobre del norte estuviese en producción el país habría
agregado un millón de toneladas más de cobre a la producción nacional (que
actualmente es de 2.5 millones). La economía estaría creciendo sobre el 5% anual
y muchos peruanos más ya no serían pobres. ¿Cómo entender, pues, la prédica de
los antimineros del Perú? Como se aprecia, en la concreción del proyecto
Michiquillay se juegan el futuro de Cajamarca y del Perú.