Ante la primera plana “Desabastecimiento de agua en Lima en el verano” a raíz
del retraso del ciclo de lluvias en la Sierra (noviembre-marzo), que recargan
anualmente el sistema de lagunas que fluyen al río Rímac, la gerente de
Sedapal, Yolanda Andía Cárdenas, salió a poner paños fríos señalando que
“Sedapal cuenta con otra fuente: las aguas subterráneas en Lima y Callao”
(10/01/18).
No obstante, esta afirmación, siendo valedera, tampoco resuelve el problema,
porque Lima consume en verano alrededor de 27 metros cúbicos (m³) por segundo y
Sedapal sólo podría extraer de pozos, con mesura, cerca de 3.5 m³/seg (13% de
las necesidades metropolitanas), porque las aguas subterráneas están siendo
sobreexplotadas no sólo por las fábricas sino por clubes como el Regatas Lima,
universidades como la PUCP, las casas en Las Casuarinas, etc., y una gran
cantidad de pozos informales que usan esta reserva natural a costo cero.
Lima y Callao, situados en una zona desértica, tienen crónicas dificultades
para cubrir sin sobresaltos su demanda de agua. La gran reserva que se basa en
lagunas situadas en las serranías de Lima -Yuracmayo, Santa Eulalia (15
lagunas), Antacoto, Marcapomacocha (4 lagunas) y Huascacocha- que, si bien
cuentan con una capacidad de almacenamiento de 331 millones de metros cúbicos
(MMC) de agua, hoy por hoy, solo acumulan el 38% de su capacidad (126 MMC),
según SENAHMI.
En un año normal, luego del ciclo de lluvias en la sierra (noviembre-marzo),
la reserva se eleva en mayo hasta el 75% (250 MMC) de su capacidad, y de allí el
ciclo se reinicia.
En esta hora de angustia no se llega a entender por qué no se concretó el
proyecto Marcapomacocha II (Marca II), que consistía en captar las aguas de las
lagunas Huallacocha Bajo y Pomacocha para la cuenca del Rímac, que fue
suspendido por Pedro Pablo Kuczynski (PPK) cuando era ministro de Economía
(2002) aduciendo que el crédito otorgado por el Japan Bank International
Corporation (JBIC) “le parecía muy caro”. Más de 15 años después, este proyecto
está en cartera en Proinversión bajo el nombre de “Obras de Cabecera para el
Abastecimiento de Agua en Lima” por US$ 600 millones, que adicionalmente incluye
la construcción de siete reservorios en Lima.