Ideología de género y terquedad gubernamental – Por Luis Hernández
El jueves 15 de noviembre, una gran cantidad de
personas se hizo presente en la Plaza San Martín, con el propósito de manifestar
su oposición y rechazo a la implementación de la ideología de género en la
educación de los niños del Perú.Sin embargo, el presidente, sus ministros y demás
funcionarios continúan con su decisión de aaplicar tal ideología, mediante
políticas de estado, desoyendo así, olímpicamente, lo que los miembros de
nuestra sociedad le están diciendo: «NO A LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO EN EL
PERÚ».
Con una actitud como esta, el gobierno no hace más
que faltarle el respeto a la mayoría de nuestra población, desde el momento que
nuestras autoridades están desacatando su voluntad.En efecto, en calles y plazas se ha visto, y no por
primera vez, que los peruanos no queremos que la educación de nuestros hijos y
miembros de la familia natural se vea infectada con la mencionada
ideología.Pero para el gobierno ello es como si ni se oyera
llover.
¿Por qué nuestras autoridades continúan empeñadas
en hacer oídos sordos?¿Por qué no se inmutan al ver las grandes
manifestaciones que se producen, como la del 15 de
noviembre?
Podemos hacernos no pocas preguntas, a partir de
lo que observamos; pero, ante todas ellas, la respuesta es que en el fondo, nada
de esto es por gusto.Lo que ocurre es que sin que se nos haya consultado, nuestras
autoridades se han comprometido a poner la educación y la cultura de nuestro
país en manos de un proyecto supranacional, cuyos objetivos son realmente
nefastos, ya que ese proyecto contempla la destrucción de las identidades
nacionales, minando el fondo de las instituciones básicas de la sociedad, como
es el caso de la familia natural, recurriendo para ello a la ideología de género
como herramienta de uso, hasta que dicha ideología le sea útil.Por eso, vemos la dedicación, el empeño y el esmero que nuestros dirigentes
ponen en su implementación.Y de paso, vemos también el interés que muestran
por quedar bien con los organismos internacionales que, no por casualidad, están
muy preocupados porque la mencionada ideología se instaure en nuestro país y
donde sea posible.
Para impresionarnos, como parte de la propaganda
se nos dice hasta el cansancio que la implementación de la ideología de género
va a frenar la violencia que entre nosotros hay, en contra de la mujer.Sin embargo,
sabemos muy bien que el recurrir a un argumento como ese no es más que echar
mano a lo que Marx tipifica como El fetichismo de la mercancía.Porque en el terreno de los hechos, la ideología de género es una
baratija teórica, algo así como un ron de baja mampara, que se nos quiere
presentar como si fuese lo máximo, atribuyéndole poderes casi mágicos (que no
tiene) como el de menguar la violencia femenina, para ver de convencernos de sus
“bondades” y de las ventajas que su aplicación
tendría.
Frente a quienes se compran el “maravilloso
cuento” de la ideología de género, vale la pena señalar que cuando dicha
ideología ya no produzca los resultados que de ella se esperan, el poder fáctico
global la va a descartar y en su lugar, recurrirá a otros medios y herramientas
que permitan instaurar un régimen de dominación de corte colectivista y
oligárquico, como el que George Orwell nos refiere en su novela 1984.¿Si tal ideología
de género es tan maravillosa, si tan sólida es su base teórica, por qué no se
les deja hablar en España a quienes la critican?¿Por qué se da la intolerancia que
ahora último hemos podido apreciar en la visita a ese país de los analistas
argentinos Agustín Laje y Nicolás Márquez, quienes lo único que perseguían era
brindar sus puntos de vista?
NO, señores.No quieran tapar
el sol con un dedo, ni quieran proclamar las bondades que la ideología de género
no tiene.Más aún, ya basta de gastar plata de nuestros
impuestos, para publicitar un veneno ideológico que países como Rusia, Hungría
y China han rechazado de plano, pero no porque estos sean necesariamente
católicos, evangélicos, o lo que quieran. Entonces, cabe la pregunta: ¿A qué
se debe el rechazo de los rusos, los húngaros y chinos, ah?¿No era que los únicos que nos
oponemos a la ideología de género somos los
católicos?
Con la manifestación del pasado 15 de noviembre,
El gobierno ha quedado notificado que los peruanos no vamos a dejar que se nos
introduzca ningún raro tipo de arroz con ideología de género.Pero de otra parte, ante la actitud del gobierno,
los miembros de la sociedad también tenemos que darnos cuenta que nos espera una
lucha larga y muy tenaz, en la que no puede haber lugar para ningún tipo de
individualismo ni utilitarismo de grupo.Tal vez estemos en medio de una lucha en la cual las marchas no sean lo
único por realizar.Porque como están las cosas, ya no basta con pedir
que no se metan con nuestros hijos; a nuestros hijos hay que rescatarlos de los
vampiros de su inocencia; vampiros, que hoy cuentan con la complicidad y el
apoyo de nuestro estado.