A poco de haberse celebrado el Día Nacional de la
Familia, que tuvo lugar el domingo 9 de setiembre, el gobierno le ha asestado un
duro golpe a la célula básica, fundamental y natural de nuestra sociedad.¿En qué consiste
aquel golpe?En primer lugar, se ha dejado sin efecto la Ley
28542, leyde fortalecimiento de la familia, que contemplaba
el sentido natural de esta y del matrimonio, y en su lugar se ha promulgado el
decreto ley número 1408, en el cual se introducen conceptos como el de “familias
democráticas”. Desde ya, en este punto, debemos
dejar bien en claro que lo de familias democráticas no es más que un eufemismo,
un título meramente decorativo, una etiqueta ideológica, que no representa
ninguna categoría de carácter científico social.
El concepto de familia como institución natural,
constituida por padre, madre e hijos resulta siendo relativizado, pese a que
dicho concepto se refiere a una institución natural que, no por casualidad, ha
permanecido a lo largo del tiempo, adaptándosea los cambios y
transformaciones que se han dado en el devenir histórico.Mediante el decreto ley 1408, el
gobierno transgrede lo que establece nuestra constitución, que en su artículo
cuarto reconoce a la familia natural como célula básica de la
sociedad.Pero aquella transgresión va más lejos del ámbito
de nuestra constitución, ya que el reconocimiento de la familia natural, como
tal, está consagrado en los tratados internacionales de derechos humanos, a los
que nuestro estado les debe respeto.Así, el Pacto internacional de derechos civiles y políticos, en su
artículo 23, reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio
y fundar una familia, si tienen edad para ello.
Pero el remplazo de una norma por otra, en
relación a la familia, no es nada gratuito.El recurrir a
argumentos tales como el de la igualdad de género, para justificar la dación del
decreto ley 1408, resulta tan demagógico como lo fue en su momento el recurso de
la justicia social, al que recurrieron los promotores de dictaduras como la de
los Castro en Cuba, los Chávez en Venezuela, los sandinistas en Nicaragua, los
cuales jamás respetaron a la familia natural.
Una pequeña referencia:
Ya que menciono al sufrido pueblo de Nicaragua,
considero muy útil tomar en cuenta un artículo titulado Abolir a la familia,
escrito por Elida Z.Solórzano.El enlace para leer el mencionado artículo es:
http://www.corazones.org/familia/familia_abolir.htm
Y traigo a colación aquel artículo, porque en sus
líneas encontramos modos de proceder que debemos tener muy en cuenta, ya que el
Perú no vive aislado del contexto global.En nuestro caso, si se ha dejado de lado la ley de
fortalecimiento de la familia ha sido porque esa ley resultaba ser un escollo
legal a la hora de implementar una serie de políticas públicas, cuyo objetivo no
es otro que el de crear las condiciones para la destrucción de la sociedad
peruana y la posterior entrega de esta al poder de una minoría, que persigue la
implantación de un proyecto de dominación global de clase, conocido como el
nuevo orden mundial.
En el campo político:
Al hablar del decreto ley 1408, que además de ser anti
constitucional refleja una actitud servil y eminentemente entreguista de parte
de nuestros “gobernantes”, viene a mi mente la ley 30506, porque fue
mediante esa ley que el congreso le otorgó facultades extraordinarias al poder
ejecutivo. En su artículo 1,inciso a.7, se explica que una de
las razones por las cuales se justifica la dación de las facultades legislativas
extraordinarias solicitadas es por la necesidad de adecuar la legislación
nacional a los estándaresy recomendaciones de la OCDE
(Organización para la cooperación y el Desarrollo económico) con el propósito de
cumplir con los compromisos asumidos.En
buena cuenta, el decreto legislativo 1408 estaría en la línea de facilitar las
cosas para así cumplir en forma obediente con la
OCDE.
Unas cuantas preguntas:
¿De qué tipo de compromisos estamos hablando?¿Cuáles son
aquellas obligaciones que nuestra nación ha contraído con la OCDE y con los
demás organismos internacionales?¿Y a costa de qué tendría que
cumplir el Perú con semejantes compromisos?¿Será que “hay que matar social y
culturalmente a la familia peruana”, para que esta no realice ningún tipo de
acción, frente a los planes de entregar nuestra soberanía nacional?Sin duda, este es el tipo de interrogantes que nuestras autoridades
deben responder, en vez de estar promoviendo de un modo irresponsable cuestiones
de confianza o referéndums que no van a servir para solucionar los reales
problemas que aquejan a los más vulnerables, entre los que lógicamente no están
los “políticamente correctos”.
¿Quién les ha dado a nuestros “gobernantes” la
facultad de relativizar el concepto de la familia como institución natural y
fundamental de la sociedad?¿De cuándo acá nuestro estado le da las espaldas a
los padres, permitiendo que con sus hijos sí se metan?¿Es ese uno de los compromisos
adquiridos con la OCDE?El Perú tiene todo el derecho de
plantear tales interrogantes, y las autoridades están obligadas a
responder.