Algunos elementos claves sobre el evidente tráfico de influencias cometido
por el vocal supremo César San Martín (CSM) al llamar al juez Walter Ríos para
que este ejerza presiones a su favor:
1) El ex vocal supremo Hugo Sivina DEBE inhibirse del Comité de Ética
Judicial que juzgará a CSM, dado que trabaja actualmente en el Estudio Ugaz, el
mismo bufete donde CSM laboró durante largos años (como lo hizo también,
brevemente, su hijo). 2) La demanda (interdicto) de CSM fue contenciosa. Se
intenta minimizarla, aduciéndose falsamente que es un caso no contencioso (sin
pleito). 3) Esta demanda se presenta el martes 2 de mayo de 2017 en la Corte
Superior del Callao, liderada por el detenido juez Walter Ríos. Y esta misma
demanda se admite el miércoles 3. ¡Al día siguiente! Ese trámite normalmente
toma 20 días. ¡Primer récord! 4) A los muy pocos días, el DOMINGO 7 de mayo, se
hace efectivo el apercibimiento. ¿El PJ trabaja un DOMINGO? ¡Y esto sin
cumplirse los tres días hábiles exigidos por la ley! ¡Segundo récord! 5) El
martes 13 de junio de 2017 ya se da por contestada la demanda. A poco más de un
mes. ¡Tercer récord! 5) El martes 4 de julio se realiza la audiencia. A menos de
un mes. ¡Cuarto récord! 6) En solo 13 días útiles, el viernes 21 de julio de
2017, se resuelve todo a favor de CSM. ¡Quinto récord! ¡Tenemos aquí un proceso
contencioso que SOLO dura dos meses y medio! 7) En la llamada de CSM se aprecia
que este juez sabía YA el número del expediente, así que cabría pensar que Ríos
estuvo detrás de toda esta exhibición de velocidad en su corte con respecto a
este caso de CSM.
¿Los supremos Prado Saldarriaga y Lecaros, muy cercanos a CSM, van a seguir
con que fue “una falta”? ¡Hasta Beatriz Merino ha pedido que CSM renuncie a la
Corte Suprema! ¿Y el Dr. Ugaz? Callado.