La jugosa ley de las frutas (y hortalizas), por Rafael Hidalgo
Desde el Faro
Por Rafael Hidalgo
Luego de idas y venidas entre los poderes Ejecutivo y
Legislativo para prorrogar la Ley de Promoción Agraria 27360, que vence el 2021,
finalmente el Congreso aprobó este martes 10 un dictamen que propone su vigencia
hasta el 2031.
Los beneficios de la ley vigente -régimen laboral con
vacaciones de 15 días, sueldo mínimo de S/ 1,088.40 (que increíblemente también
incluye dos gratificaciones y CTS), aporte de apenas 4 % a EsSalud (la tasa
normal es 9 %) y una indemnización por despido arbitrario de medio sueldo
mensual por cada año hasta un máximo de seis; y para la empresa, una tasa de
Impuesto a la Renta (IR) de la mitad (15%)- se modificarían por: vacaciones
normales de 30 días, sueldo mínimo de S/ 1,175.70; aporte a EsSalud que aumenta
un cachito a 6 %, mientras la indemnización crece a 1.5 sueldos por año (máximo
de 12), y que las empresas paguen la tasa normal de IR.
Los defensores (Adex, Comex y Cámara de Comercio) exigen que se
prorrogue 30 años tal cual, señalando que la exportación de productos agrícolas
ha pasado de US$ 644 millones (2000) a US$ 5,933 millones (2017).
Sin embargo, Eduardo Zegarra, de Grade, precisa que en este
monto se agregan “productos en los que esta ley no aplica, como café, banano y
cacao, que son producidos por pequeños agricultores y exportados por
cooperativas y/o traders y también incluye a la leche evaporada y al azúcar”.
Según Zegarra, lo exportado bajo la ley bordea el 50 %.
La CCL afirma que “se han generado 88,738 puestos de trabajo y
que el ingreso promedio del sector agrario creció en 76.6 %, colocándose en S/
1,318 mensual, superior en 128 % al ingreso del sector informal”, a lo que
Zegarra acota que en realidad la reducción de pobreza en las zonas
agroexportadoras no es significativa respecto a la reducción en el resto del
país.
La historia económica demuestra que los beneficios y/o
gollerías a la industria naciente no deberían ser permanentes, sobre todo para
las grandes empresas que ya tienen mercados foráneos cautivos. La competitividad
de la Costa peruana (doble cosecha anual y la calidad de sus productos) es
imbatible. Los beneficios deberían permanecer desde la creación de una empresa
por un plazo razonable. Caso por caso. Nada de prorrogar ad infinitum a raja
tabla.